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domingo, 18 de octubre de 2020

Participación en el mercado laboral de las mujeres en la Unión Europea

 


Las mujeres siguen estando infrarrepresentadas en el mercado laboral. Actualmente, el 67% de las mujeres tiene un empleo, mientras que el empleo de los hombres es del 79%. En otras palabras, existe una brecha laboral de género del 12%.

Incluso si más mujeres participan en el mercado laboral, la carga de las responsabilidades privadas y de cuidado, el trabajo no remunerado, aún recae en gran medida sobre sus espaldas. El aumento de las horas de trabajo de las mujeres no conduce automáticamente a una distribución más equilibrada del trabajo doméstico y de cuidados entre mujeres y hombres. En general, las mujeres trabajan más cuando combinan la cantidad de tiempo dedicado al trabajo no remunerado (tareas domésticas, incluido el cuidado), actividades personales y tiempo libre.

Las mujeres están cada vez mejor cualificadas: más mujeres que hombres se gradúan en universidades europeas. Sin embargo, muchas mujeres no se sienten tan libres en la elección de trabajos o no obtienen las mismas oportunidades laborales que los hombres. Esto a menudo se debe a sus responsabilidades como padres o como cuidador de parientes familiares. Por la misma razón, las mujeres tienen más probabilidades que los hombres de trabajar a tiempo parcial.

El trabajo es la mejor forma de empoderar económicamente a las mujeres. Por tanto, es necesario aumentar la participación de la mujer en el mercado laboral.

 

 

Impacto económico de la brecha de género en el empleo

La pérdida económica debido a la brecha de género en el empleo asciende a 370 000 millones de euros al año. Actuar es un imperativo tanto social como económico. Mejorar la igualdad de género podría conducir a un aumento del PIB de hasta 3,15 billones de euros para 2050.

 

Brecha salarial de género

Las mujeres también ganan menos que los hombres por hora. La brecha salarial de género en la UE es del 16% y apenas ha cambiado en la última década. Sus razones radican en los diferentes patrones laborales de las mujeres, incluido el hecho de que las mujeres interrumpen con mayor frecuencia sus carreras o cambian su patrón laboral para cuidar de un hijo u otros familiares. Otra razón es que las mujeres en toda la UE a menudo trabajan en sectores mal remunerados y sus salarios también se reducen debido a su empleo a tiempo parcial. A algunas mujeres incluso se les paga menos que a los hombres por el mismo trabajo.

 

Equilibrio trabajo-vida

Para que tanto hombres como mujeres se involucren por igual en el mercado laboral, las responsabilidades de cuidados deben compartirse por igual. Este es el núcleo de la Directiva de la UE sobre el equilibrio entre la vida laboral y personal de los padres y cuidadores que trabajan.

Las estadísticas muestran que los hombres preferirían trabajar menos horas durante la fase de crianza. Estos hallazgos también sugieren un potencial de cambio: las aspiraciones de los hombres podrían satisfacerse ofreciendo a las familias mejores y más equitativos acuerdos de equilibrio entre el trabajo y la vida. Estos arreglos incluyen medidas tales como el permiso de paternidad remunerada y períodos reservados de licencia parental adecuadamente remunerados para los padres (“meses de papá”). Los hombres con responsabilidades de cuidados también tienen derecho a solicitar horarios de trabajo flexibles, como la reducción de horas de trabajo, horarios flexibles y teletrabajo.

 

Responsabilidades de cuidado

Aunque cada vez son más las mujeres empleadas y aumentan su jornada laboral, siguen asumiendo la mayor parte del trabajo doméstico y de cuidados privados. Las responsabilidades del cuidado aún recaen principalmente en las mujeres, pero deben compartirse más equitativamente con los hombres. Esto concierne tanto a los niños como a otros miembros de la familia que necesitan cuidados. Estas necesidades de atención pueden requerir más o menos tiempo y pueden ser temporales o permanentes.

Los acuerdos laborales deben permitir una mejor conciliación entre el trabajo y la vida privada. Además, la disponibilidad de una infraestructura de atención asequible y de alta calidad también es fundamental para facilitar la participación de las mujeres en el trabajo remunerado. Un acceso más amplio a servicios de atención de alta calidad (por ejemplo, cuidado de niños y cuidados a largo plazo) debería garantizar más oportunidades para que las mujeres ingresen o permanezcan en el empleo. También reduce el riesgo de pobreza y exclusión social entre las mujeres mayores, los niños y los grupos vulnerables.

 

Segregación de género en el mercado laboral

La concentración desigual de mujeres y hombres en diferentes sectores del mercado laboral es un problema persistente en la UE. 3 de cada 10 mujeres trabajan en educación, salud y trabajo social (8% de los hombres), que son sectores tradicionalmente mal remunerados. Por otro lado, casi un tercio de los hombres está empleado en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (7% de las mujeres), que son sectores mejor remunerados.

Encuentre más estadísticas sobre la segregación de género.

 

Equilibrio de género en la toma de decisiones

Las mujeres empleadas apenas llegan a la cima: están sub-representadas en puestos de toma de decisiones políticas y económicas. Por ejemplo, las mujeres representaban el 6,7% de los presidentes de las juntas y el 6,5% de los directores ejecutivos en octubre de 2018.

 

 

Estereotipos

Los estereotipos de género en todas las esferas de la vida influyen mucho en las elecciones de trabajo que hacen las personas y en cómo pueden combinarlo con la vida privada. Están en la raíz de la segregación ocupacional, sectorial, temporal y jerárquica entre mujeres y hombres.

Los estereotipos de género relacionados con la división de las responsabilidades del cuidado suelen resultar perjudiciales para las mujeres y sus trayectorias profesionales. Las mujeres optan por el trabajo a tiempo parcial con mayor frecuencia, lo que tiene consecuencias para sus ingresos de por vida, incluida la pensión, y repercute en sus posibilidades profesionales. Asimismo, las normas estereotipadas de masculinidad impiden que los hombres participen plenamente en la paternidad y en la prestación de cuidados en un sentido más amplio.

Necesitamos construir una Europa del futuro en la que las niñas y los niños puedan elegir libremente su educación y profesión.


https://ec.europa.eu/info/policies/justice-and-fundamental-rights/gender-equality/women-labour-market-work-life-balance/womens-situation-labour-market_en


 

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