Parte D. Mitigación
El WGC (Grupo de mujeres y Género) insta a las Partes a defender el principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas (RCPD), con arreglo a los principios de la Convención. Toda propuesta para repartir la carga de mitigación debería evaluarse con base en la responsabilidad histórica de los países desarrollados.
Para el acuerdo de París se necesita una articulación clara y consistente de todas las Partes en lo referente al camino que se debe adoptar para mantener las emisiones por debajo de 1,5 °C. Es de suma importancia que las Partes acuerden objetivos de reducción de las emisiones que sean sumamente ambiciosos y cuantificables, para poder alcanzar esta meta a largo plazo.
El WGC exige que no se incluyan mecanismos de mercado en el próximo acuerdo climático; en particular, en lo referente al sector de la tierra. Los fondos privados, las inversiones y los mercados están impulsados por una mayor rentabilidad y, en consecuencia, favorecen invariablemente las medidas, los programas y los proyectos que puedan dar lugar a una mayor reducción de emisiones, pero fallan en crear beneficios sostenibles a largo plazo para las personas, sino que a menudo colocan las ganancias por encima de los derechos humanos y amenazan con perjudicar a las comunidades locales y sus medios de vida, donde son las mujeres, en particular, las personas más afectadas.
Todas las acciones de mitigación acordadas en el marco de este acuerdo deben garantizar un enfoque con perspectiva de género y esforzarse por maximizar la eficacia y la equidad de la implementación y garantizar el desarrollo sostenible.
Las medidas de mitigación deben, además, garantizar la sostenibilidad ecológica, la soberanía alimentaria, el empleo digno y el empoderamiento de la población.
La Parte D. debe, por lo tanto, garantizar el acuerdo para:
o Establecer un camino claro y coherente para mantener las emisiones de todas las Partes por debajo de 1,5 °C; en el contexto de un acceso equitativo al desarrollo sostenible y con una reducción mucho más ambiciosa de las emisiones con respecto a los acuerdos previos; o Los países en desarrollo deben recibir de los países desarrollados los medios de implementación oportunos y adecuados para poder alcanzar sus propios objetivos de reducción de emisiones;
o Defender el Principio de RCPD, con arreglo a las disposiciones de la Convención; o Asegurar que los compromisos de mitigación sean cuantificables y coherentes con los principios de transparencia, exactitud, completitud y comparabilidad de IPCC, incluidos en la planificación de las NAMA/NEMA y INDC y que sean identificados en forma participativa, de modo de generar una contribución plena y efectiva de todas las agrupaciones de la sociedad civil;
o Defender el Principio de RCPD, con arreglo a las disposiciones de la Convención; o Asegurar que los compromisos de mitigación sean cuantificables y coherentes con los principios de transparencia, exactitud, completitud y comparabilidad de IPCC, incluidos en la planificación de las NAMA/NEMA y INDC y que sean identificados en forma participativa, de modo de generar una contribución plena y efectiva de todas las agrupaciones de la sociedad civil;
o Brindar un cronograma claro para el marco de implementación, información y comunicación que incluya el impacto socioeconómico y de género y los beneficios; o Prohibir en el acuerdo los actuales mecanismos basados de mercado, tales como MDL y REDD+, así como las propuestas de nuevos mecanismos basados en el mercado, incluidos los referentes al sector del uso de la tierra; o Prohibir las soluciones falsas propuestas por las tecnologías de alto riesgo, tales como la energía nuclear, el gas de lutita, la CAC, la geoingeniería, la biología sintética o similares y promover, en cambio, un paradigma energético sostenible, priorizando los sistemas de energía renovable seguros, limpios y descentralizados, que adopten un enfoque ascendente que beneficie a las personas y las comunidades, como lo hacen las soluciones de suministro energético descentralizadas y comunitarias; o Reconocer y promover en las acciones y los planes de mitigación el uso de los conocimientos tradicionales y de las prácticas indígenas en igual medida que los conocimientos científicos; o Asegurar que las estrategias de mitigación no solo dependan de las tecnologías y de los mercados, sino que también incluyan amplios cambios estructurales y de forma de vida; o Eliminar el uso de combustibles fósiles para los países desarrollados en el 2030 y en 2050 para otros países; o Asegurar que todas las medidas y los mecanismos sean evaluados desde la perspectiva de género, para evitar impactos contradictorios en las relaciones de género, como parte de los informes periódicos del país a la CMNUCC; o Promover la investigación sobre políticas climáticas que analice más los aspectos sociales y de género de la mitigación.
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