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martes, 11 de julio de 2017

"El instinto maternal es sólo un mito necesario"


Interesantisimo articulo aún de actualidad que puede sernos útil  y que plantea  las disyuntivas que enfrenta  la mujer actual vistas por Norma Ferro. 




Al filo del siglo XXI, las mujeres viven el papel de madres entre el mandato del instinto maternal, las exigencias del mercado laboral y las nuevas tecnologías de la reproducción. "Atrapadas en medio de esto, las mujeres rechazan y envidian la maternidad", afirma Norma Ferro, de 53 años, directora de la escuela de Psicología Clínica de Niños y Adolescentes, que ha recogido en un libro -El instinto maternal o la necesidad de un mito (Siglo XXI)- sus trabajos sobre la mujer.

Fruto de 20 años de experiencia, Norma Ferro cuestiona en su libro las propuestas de Freud que definen a la mujer en base a una inclinación innata a la maternidad. Ortodoxias aparte, una cosa está clara para ella: en su consulta ha presenciado un continuo desfile de mujeres presas, unas, de la angustia que les generaba la posibilidad de ser madres; otras, del temor a no serlo.La idea de abordar desde nuevas perspectivas el instinto maternal -"un mito necesario", en su opinión, para la organización de la sociedad surgió precisamente tras constatar las tensiones que éste causaba en sus pacientes. "Es algo que aparecía de pronto en mujeres de entre 28 y 30 años preocupadísimas porque no tenían hijos. Lo curioso, es que ese mismo desasosiego se da en mujeres con hijos y se debe a que el instinto les niega la posibilidad del deseo; incluso del deseo del hijo. A los hijos no se les quiere por instinto, sino por amor", afirma Norma Ferro, al tiempo que señala la frecuencia con que en los últimos meses los medios de comunicación "han informado sobre bebés muertos o abandonados en descampados y solares".

Libertad ficticia

Las manifestaciones clínicas más comunes abarcan desde angustia y depresión a esterilidad sin causa física conocida. "Es tremenda la incertidumbre de las mujeres solteras ante la maternidad. Muchas afirman que retrasan ser madres porque no tienen pareja estable". "Pero lo cierto", precisa Norma Ferro, "es que desean un hijo sólo como respuesta a las demandas de la sociedad que sigue viendo a las mujeres como reproductoras". ,El problema para esta especialista es que "vivimos una serie de mitos sin que se produzca un debate que aborde las transformaciones surgidas con la irrupción de los anticonceptivos y la incorporación de la mujer al trabajo. Hay mayor libertad, pero es una libertad ficticia. En el fondo, a la mujer no se le permite reconocer sus deseos; sigue teniendo que cumplir con un deber, pero la maternidad es sólo una función que como tal, puede ser ejercida o no", añade Ferro.

En este sentido, señala un fenómeno al que se asiste en Europa en los últimos años: la maternidad como moda, situación a la que ha contribuido el desarrollo de la fertilización in vitro. "Es una barbaridad, se ofrece una imagen idílica que no responde a la realidad. Esto genera dos cuadros opuestos, pero igual de dañinos; por una parte, que la mujer busque fundirse con el hijo en una simbiosis que le impide crecer. Por otra, que una vez alumbrado se desentiendan de él".


Ambos cuadros aparecen en dos edades fronterizas; el primero, en mujeres cercanas a la menopausia; el segundo, entre las más jóvenes. "Las adolescentes están comprobando que son fértiles, y las menopáusicas, que pueden seguir siéndolo", señala.
Entre las manifestaciones de envidia que provoca esa función, esta especialista apunta la frecuencia con que las abuelas usurpan el papel de las nuevas madres. "Es todo muy velado y se presenta bajo la apariencia de la ayuda que se presta a las primerizas, pero en el fondo está tanto el deseo de retener algo como la envidia porque las hijas puedan ser madres de otra manera", afirma Norma Ferro, que califica la figura de la abuela-madre como perniciosa.
Esta incapacidad para reconocer a la madre como un ser adulto capaz de tomar sus decisiones se manifiesta también en los círculos feministas que, dentro del proceso de liberación de la mujer, rechazaron frontalmente la maternidad. "Vivimos un cambio y nos encontramos todavía en mitad de camino. Las mujeres que optaron por la promoción profesional tampoco aceptan la maternidad como libre opción. En estos casos, la envidia se manifiesta culpabilizando a aquellas que se atreven a tener algo a lo que otras se siguen negando" concluye.

Azucena Criado 

5 comentarios:

  1. Me encanta leer informes como estos de los que no abundan porque trae un poco de luz a un tema tan complicado para la mujer que atraviesa esa toma de decisiones trascendentales más aún cuando si se está en una relación estable ya que es más difícil no sentir que perjudicas a alguien más con ellas

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  2. Es muy bueno leer este tipo de artículos de los que no abundan ya que las decisiones trascendentales que debemos tomar día a día nos llevan a veces a sentir que vamos contra el mundo y que no es normal y más difícil aún cuando si se está en una relación estable porque estas desiciones no nos afectan solo a nosotras ...saludos

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  3. La maternidad esta ahí... que las necesidades sociales del presente siglo la oculte e imponga otros roles a las mujeres es distinto...debería preservarse la maternidad, pues solo así se asegurará tener descendencia y con ello, una sociedad integra.

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  4. Francisca Martín-Cano Abreu9 de octubre de 2017, 19:11

    Yo he elegido no ser madre desde que tengo uso de razón, porque soy feminista desde que yo recuerde, alrededor de los 7 años; no me daba la gana que me pasara lo que a mi madre: se había sacrificado por sus hijas y nosotros no satisfacíamos sus expectativas... Es que se creía que porque nos había parido éramos suyas. Y teníamos que darle gusto en todo como sus hijas; pero yo tenía muy claro que yo no quería ser de nadie, ni obligar a que nadie me cuidara.
    Sabemos que no existe instinto maternal, desde que Simone de Beauvoir afirmara que “no existe enlas mujeres ninguna llamada natural a la maternidad”; y que tal idea no es más que un concepto construido por intereses de dominación del patriarcado, como estrategia de control y de identidad, que enseña a las niñas por obser-vación, refuerzo... a elegirlo, ya que incluso la maternidad se les: “presenta como su destino” (ideas aportadas por Beauvoir, 1949), mientras se cierran otras vías para poder elegir tener un plan de vida propio—.
    Igual que tampoco existe instinto de cuidado en todas las mujeres para que sean las criadas de su esposo e hijos. Lo que pasa que sólo lo tenemos claro las rebeldes, mientras las "vendidas a la ortodoxia" se dejan adoctrinar para que se sometan a la norma patriarcal.
    Yo soy feminista y me gusta vivir sola, cuidarme a mí misma y disfrutar con mmi amor propio, hasta llegar al orgasmo, ya que nadie aunque me quiera me lo va proporcionar mejor yo. También me gusta cuidar a otras mujeres desconocidas en abstracto y revelarles métodos para que se eduquen en igualdad y aprendan a empoderarse, se amen a sí mismas más que a nadie. Amén.

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  5. Mezclar el tema de la maternidad con el feminismo identificando el ser feminista con el no ser madre es un contrasentido, un absurdo, un ridículo. Igual que lo es el identificar el instinto maternal con que la única función de la mujer en su vida y a la que debe aspirar sea la de ser madre y cuidar de su prole.

    El que una mujer como Simone de Beauvoir dijera que no exite ese instinto, no significa que lleve la razón. Solo que ella no lo tenía y que, como ella, habrá muchas mujeres que no lo tengan. Pero otras muchas en cambio, sí lo tendrán.

    El feminismo debería defender que la mujer tenga la libertad de decidir si quiere tener hijos o no y, en caso de que los tenga, si su vida la va a centrar exclusivamente en su cuidado o no. Cualquier cosa que no sea defender la libertad de elección es lo contrario al empoderamiento, es el adoctrinamiento, como cierto "feminismo" está llevando a cabo.

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