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miércoles, 10 de mayo de 2017

Feminicidios vinculados cuestión de Estado #ParemosLaViolenciaMachista


 Los números hablan y nos piden ir al fondo de la cuestión a buscar las respuestas. Romper con el patriarcado desigual insertado por siglos  requiere acciones planificadas que den formación a toda la sociedad. No sirven parches, ni carreras, ni lazos. Cada pequeña o pequeño asesinado es responsabilidad de toda la sociedad:

Un niño asesinado al mes a manos de su padre o de la pareja de su madre en 2017
Desde 2013, cuando el Ministerio de Sanidad empezó a incluir a los menores como víctimas de violencia de genero, suman veintisiete víctimas


Ya son cinco, los mismos meses que llevamos de año, los niños asesinados a manos de sus padres o de las parejas de sus madres, que no han dudado en acabar con la vida de los pequeños para causarles el mayor daño posible a ellas.

La última víctima de esta atrocidad es un niño de 11 años hallado muerto este martes en una zona arbolada del municipio coruñés de Oza-Cesuras, a quien se le buscaba desde ayer cuando su madre denunció su desaparición después de que el padre se lo llevara para pasar el fin de semana y no lo devolviera. El padre ha sido detenido por ser el presunto asesino.

En lo que va de año veinticuatro mujeres han muerto asesinadas por sus parejas o exparejas (uno de los casos aún está en investigación) y nueve menores han quedado huérfanos.



La cifra de menores víctimas mortales de la violencia machista aumenta de manera alarmante y ya suman veintisiete desde 2013, primer año desde el que el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad incluye a los menores muertos como víctimas de esta lacra.

De estos veintisiete casos, ocho, incluido el de hoy en La Coruña, se encuentran en investigación. De los ocurridos este año, cuatro están confirmados y el de hoy a falta de tomar declaración al presunto asesino.

La semana pasada, el 2 de mayo, una mujer de 44 años y su hijo de 12 fueron asesinados con un arma blanca en Alcobendas a manos de la pareja de ella.

Poco más de un mes antes, el 29 de marzo, una mujer y sus dos hijos, un niño de 5 años y una niña de 8, aparecieron muertos en una vivienda de Campo de Criptana (Ciudad Real) a manos de su padre, quien posteriormente se suicidó.

Y un mes antes, el 3 de febrero, un hombre mató a su hija de un año al arrojarse con ella desde una ventana del hospital madrileño de La Paz tras discutir con la madre de la pequeña.

«Te voy a dar donde más te duele», fueron las palabras del hombre, Vladimir V., que iban dirigidas a la madre de la niña, con la que estaba discutiendo.

Como él, desde 2013, otros veintiún varones han asesinado a sus propios hijos o a los de sus parejas. De ellos, la mayoría se suicidaron o lo intentaron, de forma que llegaron a consumarlo tres en 2013, uno en 2014, dos en 2015 y otros dos en 2017.

2015 fue el año más cruel para los menores, con el asesinato de nueve niños. Tres de los asesinos se llevaron por delante la vida de dos hijos cada uno.

En el primer año del que hay datos, 2013, los seis niños fueron asesinados por sus propios padres. Dos en Andalucía, uno en Canarias, dos en Castilla-La Mancha y uno en la Comunidad Valenciana.

En 2014, fueron asesinados cinco menores, dos en Asturias, otros dos en Madrid y sigue en investigación el crimen ocurrido en San Roque (Cádiz) el 5 de marzo, cuando un belga de 53 años acabó con la vida de su compañera sentimental y de la hija de ésta, de 9 años.

El verano de 2015 fue especialmente dramático. En apenas siete días del mes de agosto, cuatro menores -dos en Castelldefels (Barcelona) y otros dos en Moraña (Pontevedra)- fueron asesinados por sus padres en unos crímenes en los que también perdió la vida una de las madres.

De hecho, el agresor de Moraña, David O.R., intentó suicidarse tras haber matado a sus dos hijas con una radial horas antes de que tuviera que entregarlas a su exmujer.

En 2016 se confirmó el caso, en Níjar (Almería), de un bebé de un mes y medio que murió de un golpe en la cabeza propinado por su padre. Y sigue en investigación el de un hombre de 30 años que en enero arrojó por la ventana de una vivienda de Vitoria a un bebé de 17 meses durante una pelea con la madre de la niña.

Además de los veintisiete menores asesinados, la sinrazón de la violencia machista ha dejado a 169 niños huérfanos desde 2013.

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