En Perú, del 2015 a la fecha (18 de agosto), el poder Judicial ha dictado 100 sentencias por feminicidio y en lo que va del año se han emitido 115 cadenas perpetuas por violencia familiar.
Pareciera un gran logro, pero no lo es.
Lo cierto es que la violencia doméstica rebasó los despachos de las autoridades policiales y los juzgados del poder judicial. Cada mes, según reconoció el propio primer ministro en su mensaje al congreso, diez mujeres son víctimas de feminicidios.
Perú es de lejos uno de los países más machistas de Sudamérica y el segundo a nivel latinoamericano con mayor número de agresiones de género. En otras palabras, Perú es el segundo país en la región donde las mujeres tienen más miedo de vivir.
Un baldón para cualquier sociedad.
Una reciente y multitudinaria marcha de mujeres por las calles de todo el país puso en aprietos a la justicia peruana, inmersa en un escándalo social por sus repetidos y discutidos fallos con los que favoreció y consagró la impunidad de los agresores, institucionalizando paradójicamente la violencia contra las mujeres.
El presidente del poder Judicial, el magistrado Víctor Ticona, salió ante la prensa para anunciar que se hizo un llamado de atención a los jueces para que en adelante apliquen todo el peso de la ley a los agresores de mujeres.
Se anunció también la creación de 52 nuevos juzgados de familia para tratar el desbocado incremento de casos de violencia contra las mujeres.
El gobierno señaló que no se puede tolerar más esta situación y puso en práctica también nuevas medidas de apoyo y auxilio a las mujeres agredidas a la vez que establecerá en cada sector gubernamental una comisión para la promoción de la igualdad de género en sus respectivas políticas públicas.
Se ofreció que progresivamente los sueldos y salarios de las mujeres serán iguales a los de los hombres.
Todo, parece muy bien, pero por ahora en la práctica, nada parece contener a la violencia doméstica. Los ataques y asesinatos de mujeres siguen ocupando los principales titulares de la prensa local.
En Tumbes, en la frontera norte del país, la policía busca intensamente a un agente civil que desfiguró a su pareja; en Iquitos, en la capital de la amazonia, detuvieron a un sujeto que asesinó a su esposa por celos; en Lima, la capital, un desadaptado agredió a su mujer e incendió su casa; y en Chimbote, en la costa norte, un empresario será juzgado este viernes por asesinar de dos balazos a su esposa.
En las últimas horas, en la región Junín, en la sierra central, hallaron sin vida a una mujer que desapareció el domingo. El examen de necropsia reveló que fue ultrajada y asfixiada.
Una cadena de ataques arteros. Es el duro rostro de la violencia de género que todos quieren cambiar, pero esta batalla por la protección de la mujer y la reivindicación de sus derechos transita diariamente por territorio minado. Y se necesitarán más que buenos deseos para derrotar al machismo peruano y la indiferencia de sus autoridades policiales y jueces, grandes responsables de la violencia doméstica en Perú.
Ricardo BurgosLIMA, Perú, ago. 18, 2016.-
http://noticieros.televisa.com/mundo/2016-08-19/cara-sello-lucha-mujeres-peru/
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