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sábado, 27 de agosto de 2016

Bolivia: Violencia sexual a niñas


 La psicóloga de la Defensoría Municipal de la Niñez y Adolescencia de Cochabamba, Marleny Lora, recuerda como si fuera ayer el día en que una adolescente de 12 años víctima de violencia sexual llegó a su oficina muy temprano con su guardapolvo, hace cuatro años.

Dijo: “No había vida en ella”, al rememorar la mirada que tenía la muchacha y cuando le preguntó qué le ocurrió lo único que pronunció fue: “Mi papá me ha violado”. Ella recordaba cada uno de los episodios de la violencia que sufrió mientras su mamá estaba lejos, trabajando en Chile.

Antes de llegar a la Defensoría, la adolescente pasó el fin de semana en la calle y durmió en un cajero automático hasta que el lunes en la mañana un policía la encontró, la llevó a la Estación Policial Central y luego a la Defensoría. Después fue enviada a un centro de acogida temporal.

“Yo siempre creo en las víctimas, confío en ellas”, afirma Lora como parte de la ayuda que brinda a niños, niñas y adolescentes que sufrieron violencia sexual. A cuatro años de lo ocurrido, comenta que la adolescente la visita y está mejor.


Un estudio del Centro Una Brisa de Esperanza (CUBE) de 2011 realizado en diferentes colegios del departamento evidenció que una de cada tres niñas es víctima de violencia sexual; mientras que uno de cada cuatro a cinco niños también lo es. El 85 por ciento de los casos ocurren en el núcleo familiar y el 70 por ciento de las afectadas son mujeres entre 12 y 16 años.

Entretanto, las 12 Defensorías de la Niñez y Adolescencia de la ciudad atendieron el primer semestre de 2016, 83 casos de violación sexual a niñas, niños y adolescentes de entre cinco a 16 años, de las que 47 cuentan con una sentencia, informó el director de esta instancia en el municipio, Juan Carlos Sánchez.

“Felizmente se logró llegar a esta cantidad porque anteriormente se conseguían pocas sentencias debido a que los parientes son los agresores y pueden influir en la víctima o la mamá que lleva a cabo la denuncia. Lo que hacen es irse a otro municipio o llevarse a las víctimas”, explicó el jefe de Defensorías.

Para cambiar esta situación, la psicóloga de CUBE, Fátima Gamboa, recomendó a los padres prestar mayor atención a los niños, niñas y adolescentes ante los cambios que presentan en su comportamiento, hablar sobre el tema de la sexualidad y por sobre todo instruirles que todos deben respetar su cuerpo.
Los niños deben aprender que tienen un espacio, confiar en su instinto y tener una red de protección, que son los padres, hermanos y otros familiares cercanos de confianza.

Historia y violencia

Un estudio realizado por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa) sobre la violencia hacia los niños a lo largo de la historia en Bolivia y denominado “Niñas y Adolescentes en la Bolivia Republicana: entre Perjuicios, Disciplinamientos y Rebeldías” durante los siglos XIX y XX concluyó que “se sabe poco” sobre las niñas y adolescentes o de ellas porque fueron “invisibilizadas y silenciadas” por la misma sociedad.

Indica que en la época republicana, las niñas tuvieron que comportarse como mujeres adultas; realizar el trabajo doméstico para sus familias; fueron relegadas por algunos años de recibir la misma educación que un varón y por sobre todo fueron y son las principales víctimas de la violencia familiar y sexual.

Esta “invisibilización” y falta de respeto a los derechos humanos de los niños, niñas y adolescentes, principalmente al sexo femenino, a pesar de las normativas avanzadas, sigue presente en el país y Cochabamba.

Según el estudio de uno de los principales problemas a lo largo del tiempo es que la justicia es lenta ante la atención de los hechos de violencia sexual.

“El retardo de la justicia es otro problema fundamental. Con el antiguo procedimiento penal, un juicio tardaba en promedio de cinco a siete años. Con el nuevo, la situación ha mejorado pero aún existe retardación de justicia y los procesos aún pueden durar años. A esta situación se suma la corrupción que existe en el sistema y que finalmente perjudica a toda la sociedad y sus estratos más vulnerables”, indica.

La abogada de CUBE, Carmen Arispe, coindice con esta opinión. Dijo que la justicia incrementó la pena de 20 años a 25 e incluso 30 en función a la comprobación de agravantes. Sin embargo, reconoció que no se trata de que la ley sea más punitiva, sino que el sistema judicial no defraude a las víctimas de violencia sexual, sino más bien que el Estado logre resarcir sus derechos como seres humanos.

CUBE, UNA DÉCADA DE LABOR POR LA NIÑEZ

• Entre 2004 y 2014, el Centro Una Brisa de Esperanza (CUBE) atendió  1.228 niños, niñas y adolescentes víctimas de violencia sexual. En 2010 recibió la mayor cantidad de casos: 174.103 eran niñas, 18 niños, 48 adolescentes mujeres, tres adolescentes varones y dos mujeres.

• En el mismo periodo de tiempo atendió a 2.899 víctimas primarias (persona que sufrió la violencia sexual) y víctimas secundarias (personas cercanas al entorno de las afectadas con la agresión).

• Asimismo, ingresaron al área legal 874 casos. En 2010 se recibieron 126 procesos. Del total, 278 obtuvieron sentencias condenatorias. Pero, las audiencias de juicio oral se suspendieron 180 veces en 2013 y 2014.

• En 10 años realizó una serie de campañas de prevención sobre la violencia sexual a niños, niñas y adolescentes, y logró informar a 114.283 personas con trabajos de difusión masiva, radial, visual o con afiches.

1 AUSENCIA DE LOS PADRES

Según las psicólogas, Marleny Lora, de la Defensoría de la Niñez y Adolescencia; y Fátima Gamboa, de CUBE, las principales causas para que se genere la violencia sexual hacia niños, niñas y adolescentes son la ausencia de los padres que salen del país para captar mayores recursos económicos, el consumo de bebidas alcohólicas y ver a esta población como propiedad privada dentro una cultura machista.

2 RESTAURAR VIDAS Y AUTOESTIMA

La psicóloga dijo que las personas que sufren esta agresión tienen dos caminos: salir adelante con el apoyo psicológico o no lograr aceptarlo y sufren una baja estrepitosa en su autoestima que las llevará a tener elecciones equivocadas en su orientación sexual, a alejarse de los demás e incluso la prostitución ante la falta de respeto de su agresor que principalmente es una persona cercana.

3 TERAPIAS DEBEN SER SOSTENIDAS

La víctima debe recibir terapia psicológica para que un especialista pueda ayudarla a superar lo que ocurrió. Este trabajo debe ser sostenido hasta que la persona logre realmente fijarse nuevos objetivos. En muchos casos no sólo es la víctima quien debe recibir el apoyo, sino también los familiares cercanos para que el ambiente del hogar sea más llevadero.

4 PREVENCIÓN EN ESCUELAS Y BARRIOS

Las defensorías en coordinación con las unidades educativas del departamento y las ONG trabajan en la prevención de la violencia sexual con talleres a lo largo del año y la distribución de material para prevenir estos hechos de violencia y generar que las víctimas denuncien a sus agresores, para que el hecho no quede en la impunidad. Los colegios u OTB que necesiten de este trabajo pueden solicitar apoyo a las defensorías.
http://eju.tv/2016/08/papa-me-ha-violado/
http://eju.tv/2015/11/en-bolivia-cada-dia-se-registra-la-violacion-de-un-nino-o-adolescente/

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