“La probabilidad de adquirir trabajos calificados, asociados a mayores niveles
de especialización y habilidades específicas, disminuye entre las madres adolescentes”.
El embarazo adolescente, como causa o
mero amplificador de una condición de
pobreza o vulnerabilidad preexistente,
requiere de especial atención por parte
de las políticas públicas.
Esto es así porque el embarazo temprano
genera una limitante en la vida
de muchas mujeres en Chile.
Esa realidad
es particularmente perjudicial
en el caso de las más pobres, porque
en la medida en que se tienen menos
recursos la maternidad habitualmente
significa un corte definitivo de las trayectorias
escolares y se convierte en un
obstáculo insalvable para la posterior
inserción laboral.
Cuando la edad más propicia de adquirir
capital humano se ve interrumpida
con el embarazo, se vuelve necesaria la
intervención de las políticas públicas a
fin de evitar las consecuencias no deseadas
sobre el desarrollo laboral a futuro
de esas mujeres. Actuar en pos de
una prevención efectiva del embarazo entre las adolescentes –en especial, entre
aquellas en situación social más desfavorable–
y motivar la continuidad de
los estudios formales y la adquisición
de capital humano contribuye sin dudas
a una mejor inserción laboral entre
las madres jóvenes.
Todo ello es un factor clave que podría
evitar que muchas mujeres y sus hijos
e hijas ingresen en el círculo vicioso de
la pobreza.
por Andrea Bentancor
Directora de Estudios-Comunidad Mujer, Chile
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