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martes, 16 de febrero de 2016

Ecuador: Salud integral en madres menores de 14 años 1/4


Según la Organización Mundial de la Salud OMS, se define a la salud como el estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades. Es decir, la salud integral incluye las dimensiones física, mental y social de todas las personas y el equilibrio o desequilibrio entre todas éstas determinará el estado de bienestar en el que se encuentran. En este sentido, las relaciones de desigualdad marcadas por el sexo, género, edad, etnia y clase social, definirán la forma en que cada persona goza de su salud integral y esto rebasa los principios de la biomedicina. 

Esta investigación parte desde la compresión de que las adolescentes madres menores de 14 años atraviesan por una situación que vulnera su derecho a gozar de un estado de bienestar completo, ya que sus maternidades han sido producto de violencia y han tenido severas consecuencias en su salud integral. Esto incluso se evidencia en el marco legal ya que en Ecuador la ley sostiene que todo embarazo en niñas y adolescentes menores de 14 años es producto de una violación (Art. 171 del Código Penal, entró en vigor el 10 de Agosto de 2014). A pesar de la normativa, “todas estas niñas y adolescentes sobrevivientes de violencia sexual, hayan o no denunciado la violación, se ven obligadas a continuar con este embarazo forzado, dado que en Ecuador el aborto por violación solo es permitido cuando el embarazo se produce en una mujer con discapacidad mental, lo que involucra únicamente al 1% de mujeres en edad fértil (FEDDSYDR, 2013), recayendo en una continuidad de la violación y en un segundo acto de violencia”

 En varios de los testimonios de las niñas madres se evidencia su dificultad para aceptar este embarazo precoz, causado por una relación sexual forzada, y el cual ellas no querían, pero debieron continuar porque no tuvieron más opciones.
Esta situación de doble violencia, violación más embarazo y maternidadforzada, impacta de múltiples maneras en las vidas de las niñas menores de 14 años, y consecuentemente en las de sus hijas e hijos.

La edad de estas niñas, sumada a su género y a su condición de clase, las pone en una especial situación de vulnerabilidad, ya que las sociedades en las que habitan están marcadas por el adultocentrismo y patriarcado, patrones que “naturalizan“ la realidad violenta de estas adolescentes y enfocan su atención institucional en “enseñarles a ser madres” o maternizarlas, obviando los otros aspectos de sus vidas

Sin embargo las niñas tienen otras sensaciones, sus vivencias van más allá de aceptar con resignación una maternidad forzada

Pero no solo la sociedad naturaliza estas violencias, sino que estas niñas menores de 14 años también lo hacen, sintiéndose responsables y culpables de la realidad que les toca enfrentar, justificando las relaciones sexuales  forzadas, aceptando estos embarazos no deseados y negándose a denunciar estos hechos. Ellas depositan en sus hijos e hijas sus propias vidas, en un acto de sobrevivencia que les exige distanciarse de sí mismas para poder lidiar con una vida que no desean, con una vida que no les pertenece y que sin duda no escogieron.


http://media.wix.com/ugd/8313b8_5d3d813fe76542959cef9af2a17b3e43.pdf

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