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martes, 2 de septiembre de 2014

Piropos . 1ª parte



Me gustaría hablar del piropo. Lo primero que suelo hacer en estos casos es ver qué significa esta palabra para la Real Academia de la Lengua y el María Moliner.  Dicen ambos que "es una alabanza dirigida a una persona, dicha a ella misma". Podemos convenir  que a cualquier persona, sea mujer u hombre, le agrada que le digan cosas buenas sobre ella misma. No conozco a nadie que no le guste tener belleza, inteligencia,...A la mayoría le gusta, además,  que los demás se den cuenta de ello y se lo reconozcan.  Si se hace con gracia o con cariño, aún más.  ¿Qué hace entonces que no haya unanimidad sobre si está bien o no decir piropos? ¿Por qué genera debate?¿Por qué a algunas personas no les gustan?

Aquí no vamos a hablar de las alabanzas o cumplidos sino de algo más concreto, de lo que la mayoría entendemos por piropos; esos que dicen por la calle algunos hombres y que van dirigidos a las mujeres para alabar, con mayor o menor acierto, sus atractivos físicos. No escuchamos: "¡Lista!", "¡Inteligente!", "¡Tienes un cerebro de escándalo!" No, ¿verdad?. Hablamos del "¡Guapa!", el "¡Tía buena!" y sus versiones "mayores".  Si la calle es de todos no parece justo que no estemos  en ella con la misma tranquilidad.


Dí con algo  que también me molesta: el piropo del que  hablamos no va dirigido de  una persona a otra, no,  sino de un hombre hacia una mujer. Si pudiera ir en las dos direcciones  estaría mucho mejor. O sería menos malo, que es lo mismo. Pero una sola dirección es indicativo de que algo está mal. Nos dice, entre otras cosas, que cualquier hombre, cualquiera, puede opinar sobre la belleza de cualquier mujer. Sobre mí. Sobre ti. Y se queda tan pancho. Esto me lleva a evocar como alguno, poco agraciado, expone, tranquilamente, ante un grupo de personas lo fea que es tal o cual política o mujer relevante (un modo de atacar su poder)  sin que le pase, ni un momento por su cabeza que él no es un Adonis. Porque a quien se le pone nota es a  nosotras, a  las mujeres. Y el que piropea no tiene que examinarse.  Pero hay mucho más. Así que continuará…

Pilar de la Paz Moya, es experta en género
Publicado en Diario Jaén. La primera parte el 5 de agosto 

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