Las cifras que publica cada año ONUSIDA siguen siendo
devastadoras.
Hasta la fecha, el VIH ha infectado a unos 65 millones de
personas y el SIDA se ha cobrado más de 25 millones de vidas desde que esta
enfermedad fuera reconocida por primera vez en 1981.
Hay 42 millones de adultos y 5 millones de niños que
tienen el SIDA – más del 95% en los países en desarrollo y el 70% en África
sub-Sahariana.
En 2005 había 39,5 millones de personas que vivían con el
virus del VIH y la inmensa mayoría no eran conscientes de su estado.
Con una cifra aproximada de 17,3 millones, las mujeres
constituyen el 58% del número total de personas con el VIH. De ellas, 13,2
millones viven en África subsahariana (el 76% de todas las mujeres
VIH-positivas).
La mitad de las mujeres africanas embarazadas están
infectadas de SIDA.
La feminización del
VIH/SIDA
Cada vez se comprueba con más frecuencia que
"el rostro del VIH/SIDA es un rostro de mujer". Las mujeres son más
susceptibles que los hombres a la infección, debido a factores sociales,
culturales y fisiológicos:
En las relaciones heterosexuales la mujer es de 2 a 4 veces más vulnerable a la
infección por el VIH que el hombre, porque la zona de exposición al virus
durante la relación sexual es de mayor superficie.
Las normas culturales de ignorancia sexual y la idea de
la pureza de las mujeres han bloqueado su acceso a la información sobre la
prevención.
Considerando estas tendencias, muchos
programas de prevención abordan el VIH y
el SIDA en la actualidad, no simplemente
como tema de salud pública, sino como síntoma de la desigualdad de género que
lo sustenta.
Según ONUSIDA, los hombres y mujeres que viven con el
SIDA tienen los mismos índices de supervivencia si reciben el mismo
tratamiento.
Pero en muchos países las actitudes hacia la mujer hacen
que el hombre sea tratado primero. Las familias también tardan en mandar a las
mujeres a la clínica, para no alterar la "economía de atención"
familiar que éstas mantienen con sus labores en el hogar, entre las que suele
estar el cuidado de otros miembros de la familia afectados por el SIDA.
Muchos observadores también alegan que el triple enfoque
de "abstinencia, fidelidad y uso de condones" para la prevención del
VIH no tiene mucha utilidad para abordar la situación de las mujeres y las
niñas.
Tan sólo el 4,9% de las mujeres casadas en edad de
procrear usan condones (lo que oscila entre 1,3% en África y 10,5% en Europa
oriental).
Asimismo "no tiene sentido recomendar la abstinencia
a mujeres que se ven forzadas a tener relaciones sexuales", según indica
Thoraya Obaid, directora ejecutiva del Fondo de Población de las Naciones
Unidas (UNFPA). "La fidelidad no ofrece mucha protección a las mujeres
cuyos esposos mantienen varias relaciones a la vez, o que estaban infectados
antes de casarse; y para usar condones tiene que haber cooperación por parte de
los hombres…La epidemia no va a ceder hasta que los gobiernos proporcionen los
recursos necesarios para garantizar los derechos de salud sexual y reproductiva
de la mujer."
El paludismo se
cobra por lo menos un millón de vidas cada año, alrededor de 3.000 por 10 casos
ocurren en el África al sur del Sáhara.
Casi 500 millones de personas sufren de paludismo grave
todos los años: la mayoría de las víctimas son niños.
Hasta 700.000 niños, muchos de ellos menores de cinco
años, morirán innecesariamente de paludismo este año. Un niño afectado
gravemente por la enfermedad puede morir en 24 horas. Solo o asociado con otras
enfermedades, el paludismo se cobra la vida de un niño cada 30 segundos. Los
niños pueden sufrir un promedio de seis accesos de paludismo por año. En las
zonas endémicas, puede verse afectado hasta el 60 por ciento del aprendizaje
escolar.
En los países endémicos, las mujeres tienen
cuatro veces más probabilidades de sufrir ataques de paludismo durante el
embarazo - causantes de insuficiencia ponderal del recién nacido y muerte
prenatal - que en cualquier otro momento.
Casi el 60 por ciento de los abortos se
deben al paludismo. El costo de la lucha contra el paludismo y su
tratamiento agota las economías africanas. Los países endémicos tienen que
utilizar las escasas divisas disponibles para comprar medicamentos, mosquiteros
e insecticidas.
Un tercio de la población mundial está infectada por los
bacilos que provocan la tuberculosis.
La tuberculosis continúa siendo (junto al SIDA) la
principal causa de muerte entre adultos en el África Subsahariana, más de 2
millones al año.
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