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miércoles, 12 de junio de 2013

La mujer y la salud



Para la mayoría de las mujeres del mundo la buena salud y el bienestar siguen siendo difíciles de alcanzar. A lo largo de todo su ciclo vital, las mujeres de muchos países del mundo no tienen un acceso equitativo a los servicios básicos de salud. Las niñas a menudo reciben menos atención que los niños en la prevención y el tratamiento de las enfermedades infantiles. En la adolescencia y a lo largo de sus años de fecundidad, la mujer carece de asesoramiento adecuado y de acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva. El resultado es un aumento del riesgo de embarazos no deseados y a edad prematura, así como de contraer el VIH y otras enfermedades de transmisión sexual y de abortar en condiciones peligrosas.
El derecho de la mujer al nivel más elevado de salud física y mental fue reconocido por la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, celebrada en Beijing en 1995. En la Plataforma de Acción, aprobada por la Conferencia, se destacó que la necesidad de garantizar a las mujeres y las niñas el acceso universal a la atención y a los servicios de salud apropiados, asequibles y de calidad era una de las 12 esferas de especial preocupación que requerían atención urgente de parte de los gobiernos y la comunidad internacional.
Durante su 43º período de sesiones, celebrado en 1999, la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer de las Naciones Unidas propuso que se adoptaran nuevas medidas para mejorar la calidad de la salud de la mujer, incluida la incorporación de una perspectiva de género en todos los programas y las políticas del sector de la salud. Entre las conclusiones convenidas del período de sesiones había recomendaciones sobre la mujer y las enfermedades infecciosas, la salud mental, la higiene laboral y ambiental, esferas que habían recibido poca atención en la Conferencia de Beijing.

Exponerse a un peligro de muerte al dar a luz
Cada minuto de cada día muere una mujer debido a complicaciones derivadas del embarazo y el parto. La mayoría de esas muertes se puede evitar. El principal factor que ha contribuido a esa situación es la falta de acceso equitativo a la atención de salud y, concretamente, a la atención obstétrica que puede salvar la vida de esas mujeres. Según las estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el número de muertes por año a escala mundial asciende a 600.000 y el de casos de discapacidad derivada del embarazo asciende a 8 millones.
Desde la celebración de la Conferencia de Beijing, los Estados y las organizaciones internacionales han informado de un aumento en el número de nacimientos asistidos y en la capacitación ofrecida a los médicos y las parteras.
  • En Nigeria, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) ha apoyado un proyecto para reducir la mortalidad derivada de la maternidad capacitando a 2.000 parteras tradicionales para prestar asistencia a las mujeres que no dan a luz en instalaciones de atención de la salud.
  • El Perú ha iniciado un programa experimental denominado "10 pasos para un nacimiento saludable", concebido para determinar y fortalecer los puntos débiles del sistema de atención de la salud.
  • En Indonesia, el desarrollo de esferas y hospitales en que se presta atención especial a las madres ha permitido movilizar recursos de las comunidades para fomentar la maternidad sin riesgos, incluida la disponibilidad de ambulancias y hogares maternos en las aldeas.
  • En la República Islámica del Irán se han establecido dispensarios rurales en un esfuerzo por descentralizar los servicios de atención de la salud y prestar servicios a las zonas rurales y marginadas.
  • En Uganda, un programa de socorro de emergencia en las zonas rurales ha contribuido a reducir las muertes derivadas de la maternidad y a aumentar el número de partos supervisados mediante un sistema de remisión de pacientes en los casos de obstetricia de urgencia en que participan parteras tradicionales, dispensarios de salud y hospitales.
El VIH/SIDA y las enfermedades de transmisión sexual
El número de infecciones con el VIH entre las mujeres sigue aumentando y está alcanzando y superando rápidamente el número de infecciones entre los hombres. De los 5,6 millones de adultos recién infectados que había en 1999, 2,3 millones eran mujeres.
La gran mayoría de personas infectadas con el VIH --el 95%-- vive en los países en desarrollo donde la situación ha seguido empeorando. Esta verdad se aplica especialmente a África, donde la tasa de infecciones entre las mujeres es superior a la correspondiente a los hombres. Las mujeres menores de 25 años son las que están más expuestas a contraer la infección.
Se ha reconocido que la vulnerabilidad de las mujeres al VIH/SIDA se debe tanto a factores biológicos como factores culturales, como la falta de conocimientos y de acceso a la información, la dependencia económica y, en muchos casos, la falta de control sobre las circunstancias en que se lleva a cabo el acto sexual. El acceso de las mujeres infectadas a la atención de la salud, especialmente en los países en desarrollo, es muy limitado debido a la disminución de los gastos en la esfera de la atención de la salud y a que los recursos disponibles se han gastado desproporcionadamente en los hombres. Muchos países también han reconocido los peligros vinculados a la propagación de las enfermedades de transmisión sexual que presentan un gran peligro para la salud reproductiva, y pueden provocar la infecundidad.
  • En la República Dominicana, un proyecto del Fondo de Población de las Naciones Unidas (FNUAP) para luchar contra la propagación del VIH/SIDA proporciona información y educación a las mujeres. El programa también capacita a los trabajadores de la salud y suministra preservativos.
  • Burkina Faso está aplicando una nueva estrategia en sus esfuerzos por educar a las mujeres en relación con el VIH/SIDA mediante la capacitación de agentes multiplicadores, como los trabajadores de la salud, en la difusión de información sobre métodos de protección.
  • El Congo ha introducido el preservativo femenino como método de protección contra las enfermedades de transmisión sexual y la infección con el VIH.
  • Grecia señala que la tendencia a la baja en el número de mujeres que padecen de SIDA registrada en 1997 es atribuible al tratamiento antirretroviral administrado anónimamente a todos los pacientes seropositivos.
  • Djibouti ha establecido un centro de prevención de las enfermedades de transmisión sexual.
  • En Rwanda se han realizado esfuerzos especiales para suministrar medicamentos contra las enfermedades de transmisión sexual.
El control de su propia fecundidad
Aunque el número de mujeres que tienen conocimientos de los métodos modernos de contracepción es mayor que nunca antes, la brecha que existe entre la disponibilidad y el uso de esos métodos es muy amplia. Entre los principales obstáculos que se señalan están los tabúes culturales y la falta de conocimientos de la mujer acerca de su cuerpo, así como la falta de autonomía para determinar el tamaño de sus familias, especialmente entre las mujeres de las zonas rurales y las adolescentes.
El aborto sigue siendo aceptado e incluso considerado el método primario de control de la natalidad en muchos países, especialmente en los países con economías en transición. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las muertes derivadas del aborto practicado en condiciones de riesgo representan el 13% de las muertes de madres a escala mundial, lo que equivale a unas 80.000 muertes al año. Esas muertes podrían prevenirse si se asegurara el acceso de la mujer a la información y los servicios de planificación de la familia, así como a la atención de las complicaciones relacionadas con el aborto. Algunos países han adoptado medidas al respecto, entre ellos:
  • La Federación de Rusia ha introducido políticas, incluida una mayor disponibilidad de medios de contracepción, que han reducido el número de abortos.
  • La India ha sustituido su enfoque sobre el control de la población basado en la consecución de las metas por otro enfoque que potencia el papel de la mujer y mejora la salud en general, especialmente la salud reproductiva, mediante elecciones fundamentadas.
  • Nueva Zelandia proporciona actualmente dos variedades de anticonceptivo oral sin costo alguno.
  • Benin ha introducido medidas orientadas a fomentar la sensibilidad respecto de los peligros del aborto inducido.
  • Guyana, Portugal y la Federación de Rusia han definido nuevas directrices para la realización de abortos atendiendo a razones sociales o médicas, o han extendido el marco cronólogico en el que se pueden autorizar los abortos.
Se ha reconocido la necesidad de aumentar la participación de los hombres en la atención de la salud reproductiva y la planificación de la familia, y de eliminar la concepción errónea de que se trata simplemente de un problema de la mujer. Por ejemplo:
  • En la India se han realizado esfuerzos para fomentar la participación de los hombres en sesiones de supervisión de crecimiento de los niños y para suministrarles información sobre el cuidado de los niños.
  • En respuesta al interés expresado por los hombres en la región noroccidental de Namibia, el Fondo de Población de las Naciones Unidas ha dirigido una serie de grupos de debate que se han concentrado en la salud reproductiva y la planificación de la familia.
Malnutrición
La malnutrición, causada a veces por la discriminación por motivos de género en la distribución de alimentos, presenta una grave amenaza para la salud de las mujeres y las niñas. La carencia de yodo, que aumenta la susceptibilidad de la mujer a las enfermedadaes, las complicaciones vinculadas al embarazo y las muertes derivadas de la maternidad, así como la anemia, afectan a un número considerable de mujeres. Según las estimaciones de la OMS, el 50% de las mujeres embarazadas en todo el mundo padece de anemia. Entre las medidas adoptadas por los gobiernos, cabe citar:
  • Se ha informado de que el 67% de los países afectados por los trastornos ocasionados por la carencia de yodo ha logrado avances en relación con la iodización universal de la sal.
  • En Burundi se distribuyen cápsulas de yodo a las mujeres embarazadas y a los lactantes.
  • En Argelia los suplementos de hierro han reducido la anemia del 40% en 1980 al 17% en 1996.
  • En Filipinas se ha introducido un programa de producción de alimentos en el hogar y en la comunidad para mejorar y garantizar la seguridad alimentaria de las familias mediante el suministro de semillas, pies de semillas y otros plantones para los huertos familiares.
Con el aumento de la esperanza de vida entre las mujeres y los cambios en los modos de vida, algunas enfermedades no transmisibles como el cáncer, las enfermedades cardiovasculares, la osteoporosis y otras enfermedades crónicas y degenerativas, han llegado a ser más comunes entre las mujeres de edad. También se reconoce cada vez más que las mujeres representan una gran proporción de los 400 millones de personas que se estima que padecen trastornos vinculados a la ansiedad y de los 340 millones que padecen trastornos relacionados con los estados de ánimo en todo el mundo. La pobreza, el aislamiento doméstico, el exceso de trabajo y la impotencia derivada de los bajos niveles de educación y la dependencia económica, así como la violencia en todas sus formas, afectan la salud mental y el bienestar general de la mayoría de las mujeres.




La presente nota informativa se basa en el documento titulado "Examen y evaluación de la aplicación de la Plataforma de Acción de Beijing: informe del Secretario General" (E/CN.6/2000/PC/2).
http://www.un.org/spanish/conferences/Beijing/fs3.htm

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