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lunes, 30 de julio de 2012

Carmen García Bartolomé





Carmen García Bartolomé (Madrid, España, 1971), apodada “La Griega” por su larga estancia artística en el país heleno, es una creadora emergente multidisciplinar. Sus pinturas surrealistas tienen un carácter muy narrativo y están repletas de formas sugerentes y relativamente reconocibles. Junto con su labor plástica, realiza una intensa tarea de reflexión en torno al arte escénico, la performance y el diálogo directo del artista con su público.

García Bartolomé recibió formación de Bellas Artes en la Universidad Complutense de Madrid, así como en la Universidad de Bellas Artes de Atenas con el reconocido artista griego George Lappas. Actualmente, sigue creando nuevos objetos, dibujos y pinturas en su taller de la calle Fúcar, que compagina con talleres a niños y clases que imparte en una escuela próxima.


MU - ¿Qué fuerza te empuja a crear?

Carmen la Griega -El hecho de vivir me hace sentir emociones que van desde la risa al llanto pasando por la melancolía, los celos, el amor, la pérdida, la injusticia, la seguridad, la inseguridad y muchas otras que derivan de estas y de otras tantas que encuentran en la imagen su forma de expresión.

MU - Cuéntanos el proceso de cómo tus obras estáticas comenzaron a moverse.

C.G. -Desde el año 1996 y hasta el momento mi trabajo toma una forma más completa y más fuerte en escena, frente al público en el que el objeto se pone en movimiento; un público diverso que va desde niños a adultos. El objetivo es tocar la emoción del espectador, comunicar poéticamente una historia completa llena de símbolos, de uniones con los opuestos, de cambios de ritmo, de sorpresas manuales, de materiales precarios, de basura en movimiento.

Sensibilizar al espectador con la nada y hacerle partícipe del proceso de creación ése es mi trabajo, que como decía Violeta Parra: “Si tuviera que elegir una forma de expresión: música, pintura, escultura o poesía, me quedaría con la Gente que es la que me hace crear.”

Enseñar un proceso de creación en el que como artista me abro a la crítica del público en directo, dando flexibilidad al espectáculo que va cambiando con la ayuda del espectador en activo.  

En el espectáculo de La Gran Madre Negra, algunas personas intentaban ponerle palabra al movimiento otros simplemente se dejaban llevar por la imagen y la música. El objetivo conseguido fue que a través de la concentración –meditación con la materia frente al espectador, esto es, enseñando el proceso de creación en tiempo real, es posible llegar a la emoción del espectador.

MU - ¿Qué sientes cuando haces tu representación y percibes que el público vibra?

C.G. -Es muy interesante como el cuerpo al ponerse frente al público reacciona, a veces el cuerpo tirita y eso molesta al público que espera verte segura y esa espera crea mas tensión, otros momentos entro totalmente en contacto con la materia y siento que el espectador está conmigo, otros momentos la percepción del espectador puede ser totalmente inesperada y esa energía es la que hace que cada espectáculo sea totalmente diferente.

He visto gente llorar después de una actuación y esa experiencia no la había tenido con un dibujo o un cuadro, es muy bonito ver que al presentar tu obra plástica en movimiento el espectador se acerca un poco más al proceso siendo finalmente parte de él ya que lo está viviendo en directo.

MU - ¿Cómo ves que ha evolucionado el arte si comparas el día de hoy con hace más de cien años?

C.G. -Considero que como artista si hubiera vivido hace cien años estaría buscando dentro del arte como lo estoy actualmente con los impedimentos económicos, sociales y culturales de aquella época. Creo que la necesidad de expresar del ser humano es la misma, la historia se va ampliando, tenemos más información, más medios y eso nos hace ser mas receptivos a todo tipo de obra. El objetivo sigue siendo el mismo: ser capaz de hacer mover el pensamiento por medio de las emociones o mover las emociones por medio del pensamiento.

MU - ¿Por qué te interesan los mitos, las religiones, los cuentos?

Calvino habla de la economía expresiva cuando se refiere al cuento; las más extraordinarias peripecias se relatan teniendo en cuenta sólo lo esencial; hay siempre una batalla contra el tiempo, contra los obstáculos que impiden o retrasan el cumplimiento de un deseo o la recuperación de un bien perdido.

En los cuentos un “NO-AUTOR” nos cuenta una historia que combina imágenes fantásticas con el romance sentimental, con la ficción realista, el melodrama teatral y la leyenda .

“La niña sin brazos” fue un cuento de tres páginas sobre el que me basé para un espectáculo en el año 2002, al leerlo no podía olvidar la tragedia de Medea matando a sus dos hijos también mellizos, a la historia de Edipo que se saca los ojos al comprobar que se ha acostado con su propia madre, a la historia de Fausto y su relación con el diablo, a Rómulo y Remo amamantados por una loba o a un milagro que recuerda algún pasaje bíblico en la escena en la que se le aparecen los brazos de nuevo.

Acciones fuertes que representadas simbólicamente entran dentro de las emociones del ser humano pasando de la risa al espanto, desde su nacimiento hasta la muerte.

Mi interés por los cuentos populares que en un principio aparece en Grecia fue debido al placer que sentía al poder leer una historia con un lenguaje popular, de una manera concisa, de gran eficacia narrativa y sugestión poética basada en imágenes que la mente se creaba y que cumplía unas necesidades que en mi propia experiencia cumplía con unas necesidades que equivalían a la experiencia del espectador con la obra de arte.

La vuelta a la estructura narrativa por medio de una ficción; las acciones de esta narrativa breve e infantil que son capaces de dar una explicación general del mundo donde cabe todo el mal y todo el bien; la Parodia amarga; el realismo; la auto ironía y la transmisión de forma oral son algunas de las causas por las que me decidí a relacionar la estructura de los cuentos populares con el arte contemporáneo en forma de actuación en directo.

Por Maximina Bescós






La niña del sillón rojo 

Texto extraído de El Punto edición digital. : “Ni evas ni adanes”, colectiva en la Galería Nuble de Santander Es una exposición donde se trató de escenificar los comportamientos sociales de hombres y mujeres.  Entre las versiones hiperbólicas del hombre ‘masculino’ y de la mujer ‘femenina’, existen infinitas variaciones y subjetividades ricas de matices que propician el marco de análisis de esta exposición. La joven que porta un enorme sillón rojo de Carmen García Bartolomé es mucho más fuerte de lo que cabía esperar
http://www.revistamu.com/index.php?s=283&a=556

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