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jueves, 29 de marzo de 2012

«Cuando se destruye a la mujer, se destruye a la sociedad entera»





Miedo, inseguridad, vergüenza, repudio, lejanía, coste económico, complicaciones burocráticas, rechazo social, pero sobretodo: impunidad. ¿Quiere denunciar una violación? En la República Democrática del Congo la violencia sexual durante y después del conflicto armado y sus males residuales en forma de violencia de género y violencia doméstica hacen la vida imposible a las 15.000 mujeres que han sido víctimas de violación, según estima Naciones Unidas.

Nicole Odia-Kayembe refleja estos datos en su peregrinación a Ginebra, que le ha conducido hasta Logroño, donde ayer impartió una conferencia en colaboración con Amnistía Internacional enmarcada en la campaña 'Nosotras exigimos justicia ya', en la que pretende trasladar esta realidad antes de llegar a las puertas del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, donde solicitará el envío de un relator especial al Congo para que supervise el fin de la impunidad de los agresores.


La siguiente generación que habitará el Congo será fruto de una violación masiva, reflexiona la activista, que inició hace 18 años su lucha por conseguir una legislación que condene a los agresores. Hoy en día esos avances los ha obtenido en el plano jurídico; por primera vez el código penal congoleño considera el delito de violación si bien la realidad dista enormemente del horizonte legal, reconoce.

«Trabajamos en el dominio de la justicia, sensibilizamos a la población sobre las leyes y vamos a dialogar con las autoridades para que apliquen esa legislación, pero todavía son muy pocas las condenas».

Odia-Kayembe afirma que los pasos son positivos -la creación de un Ministerio de Género, una estrategia contra la violencia sexual, etc.-, pero los recursos son escasos y esos planes quedan en papel mojado.

Desde su organización, Acción contra la impunidad por los derechos humanos, esta abogada promueve «empezar con aquellos niños frutos de una violación, desde la base, para tratar las causas del maltrato», aunque asegura que no habrá logros efectivos si no se consigue antes la paz definitiva. Odia-Kayembe menciona también la lucha por la explotación de los recursos naturales del país como una de las causas de las que subyace la violencia en el Congo.

Naciones Unidas publicó un informe en 2010 en el que concluía que el sistema de justicia congoleño no dispone de capacidad para hacer frente a los numerosos crímenes de derecho internacional registrados dentro de sus fronteras, debido a deficiencias estructurales como la corrupción endémica, la injerencia de las autoridades políticas y militares en la justicia o los muy limitados recursos con los que cuenta.

Sin embargo, un creciente movimiento femenino para frenar la impunidad comienza a cobrar auge, determina la activista, emprendiendo las primeras acciones judiciales y a la espera de tener mayor repercusión tanto en los juzgados como en la escena internacional.


Cifras alarmantes

«En Kinshasha -la capital- y Lubumbashi nos presentamos ante los tribunales para contabilizar el porcentaje de casos de denuncias por violación que culminan en condena. De 2.972 casos que se registraron entre junio de 2009 y ese mes del año siguiente, solo se dictaron 114 sentencias». 97 de cada cien violadores no fueron a la cárcel en el Congo.

La activista diferencia dos etapas en la violencia que han sufrido las mujeres congoleñas. Durante la guerra, que se extendió hasta 2002, eran «los hombres armados» los que protagonizaban este tipo de actos contra las mujeres. A partir de entonces, la violencia de género se institucionalizó de un modo que todos los hombres, civiles y no civiles, ven este acto de forma normalizada, señala.

«Cuando les hablas a los hombres de este problema se ríen o no se lo toman en serio. Por eso yo recomiendo a todas las mujeres que se apoyen entre sí y que apoyen estas acciones que emprendemos para que estos actos no vuelvan a producirse nunca más», dice. «Cuando se destruye a la mujer, se está destruyendo a la sociedad entera. Debemos trabajar para frenar la violencia sexual y que desaparezca», concluye.


La activista y abogada congoleña Nicole Odia-Kayembe presentó con Amnistía Internacional la campaña 'Nosotras exigimos justicia ya' : 

METAS
«Trabajamos en la justicia para que se termine la impunidad, pero todavía hay muy pocas condenas»


SENSIBILIZACIÓN
«Tenemos que trabajar con las causas del maltrato, pero primero necesitamos la paz»


CAMPAÑA
«Todas las mujeres tienen que apoyarse entre sí y apoyar estos actos para que no vuelva a suceder»


11.03.12 - 02:46

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