27 de diciembre de 2011
Desde Amnistía Internacional España renuevan el llamamiento a la
acción para impedir la ejecución de la iraní Sakineh Ashtiani
La organización reacciona ante las últimas informaciones de
que podría ser ahorcada en lugar de lapidada
Madrid.- Sakineh Ashtiani
sigue condenada a muerte en Irán por adulterio. La sentencia podría
llevarse a cabo mediante lapidación o ahorcamiento.
El pasado lunes 26 de diciembre
la agencia oficial de noticias iraní, ISNA, publicó unas declaraciones del jefe
de la judicatura en la provincia de Azerbayán Oriental, Malek Ajdar Sharifi, en
las que afirmaba que “expertos islámicos están revisando el caso de Sakineh
para estudiar si la ejecución se puede llevar a cabo por medio de la horca”.
Ante estas declaraciones,
Amnistía Internacional recuerda a las autoridades iraníes que Sakineh
Mohammadi Ashtiani no puede ser ejecutada por ningún medio, ni en la horca,
ni mediante lapidación.
La sección española de Amnistía
Internacional ha reactivado una petición de firmas a través de su web
www.actuaconamnistia.org. Las firmas, que se remitirán al líder supremo
iraní, el Ayatollah Sayed Ali Khamenei, piden la anulación de la pena de muerte
de Sakineh y el completo esclarecimiento de su actual situación legal.
Asimismo, la organización
aboga porque, en el camino hacia la abolición total de la pena de muerte, se
declare una suspensión de las lapidaciones. Esta suspensión debería dar
paso a la prohibición. Amnistía Internacional pide también la completa
despenalización de las relaciones sexuales consentidas entre adultos.
Información de contexto
Sakineh, de 43 años y madre de
dos hijos, fue condenada en 2006 a 10 años de prisión por participar en el
asesinato de su marido. Según su abogado, la sentencia condenatoria por
asesinato se modificó en 2009 por la de “complicidad”. La pena se redujo a
cinco años. Sakineh estaría a punto de quedar en libertad al haber cumplido
casi la totalidad de la condena.
En relación a las investigaciones
del asesinato de su marido, en mayo de 2006 Sakineh fue encontrada culpable
de mantener una “relación ilícita” y recibió 99 azotes. A pesar de esto, en
2007 fue acusada también de “adulterio durante el matrimonio” y condenada a
morir lapidada. En virtud del derecho internacional, las relaciones
sexuales de mutuo acuerdo entre adultos no pueden ser objeto de castigo.
Amnistía Internacional considera
a las personas encarceladas por estos actos presos de conciencia, por lo que,
si Sakineh está detenida únicamente por “adulterio”, debe ser puesta en
libertad de manera inmediata e incondicional.
/// FIN
Actualizado a 27 de diciembre de 2011
Últimas noticias: El pasado lunes 26 de diciembre la agencia oficial de noticias iraní, ISNA, publicó unas declaraciones del jefe de la judicatura en la provincia de Azerbayán Oriental, Malek Ajdar Sharifi, en las que afirmaba que “expertos islámicos están revisando el caso para estudiar si la ejecución se puede llevar a cabo por medio de la horca”.
Ante estas declaraciones, Amnistía Internacional recuerda a las autoridades iraníes que Sakineh Mohammadi Ashtiani no puede ser ejecutada por ningún medio, ni en la horca, ni mediante lapidación. Sakineh debe ser puesta en libertad de manera inmediata por dos razones: Si está condenada a muerte por “complicidad en el asesinato de su marido", su entonces abogado, Javid Houtan Kiyan, afirmó que la condena fue reducida a cinco años, pena máxima por ese delito. A finales de septiembre de 2010, Sakineh ya habría cumplido ese periodo de cinco años. Sin embargo, si se encuentra condenada a muerte por lapidación por “adulterio”, también debe ser puesta en libertad, ya que nadie puede ser encarcelado, y menos aún condenado a muerte por haber mantenido relaciones sexuales consentidas.
Sakineh Mohammadi Ashtiani, madre de dos hijos, está presa desde 2005. En mayo de 2006 fue condenada a recibir 99 latigazos por mantener una "relación ilícita" con dos hombres. Con posterioridad, fue declarada culpable de tener una "relación extramatrimonial" y condenada a morir por lapidación.
En el juicio, dos de los cinco jueces del tribunal la declararon inocente, señalando que ya había sufrido una condena de flagelación y que no había pruebas suficientes de adulterio contra ella. Sin embargo, los otros tres, incluido el presidente del tribunal, la declararon culpable basándose en el “conocimiento del juez”, un principio de la legislación iraní que permite a los jueces adoptar una decisión en relación con la culpabilidad del acusado, aun en ausencia de pruebas claras o concluyentes
Actúa:
¿ Por qué no lo hacen con los maridos que tienen dos o tres esposas ?
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