Acerca de nosotras ·

sábado, 22 de abril de 2023

Grito por la madre


Es cosa de la madre 

No quejarse 

Dejar volar a sus polluelos 

 Y animarlos en la marcha

Que mejoren sus vidas 

Alcanzando cotas que nunca ella alcanzó


Es cosa de la madre

Dar apoyo

Y dar apoyo y apoyo 

Y no mirarse 

Poner toda la energía en el retoño 


Es cosa de la madre 

Sufrir el abandono 

Y no exigir nada a cambio 


Es cosa de la madre 

Enfrentar el nido vacío 


Es cosa de la madre

Alegrarse con cualquier pizca de cariño 

Aunque la soledad 

Y el dolor la carcoma. 

 

Lo dieron todo, 

Y como extrañas. 

Reciben migajas,

Pequeñas dosis de amor 

Que ellas quieren creer inmensas 


Estas obligaciones sociales que definen una buena madre, son nido de la violencia. Las hijas e hijos seguimos deprisa buscando objetivos ajenos al sufrimiento, limitaciones, escaseces, violencias, dolores, penurias que pasan nuestras madres.

No somos personas solidarias con quienes lo dieron todo por nosotras.

No cuestionamos el orden establecido que a ellas les oprime. 

Nos sumamos al patriarcado exigiendo su inmolación.

Ese patriarcado que se ha construido con doctas investigaciones, que ellos dirán objetivas y desde la ciencia, se ha cebado haciéndolas responsables de los problemas de sus hijas e hijas. 

Se las acusa de producir en sus retoños el llamado Síndrome de Alienación Parental, el Síndrome de Munchausen por Proximidad o por Poderes, del Síndrome de Medea, el Síndrome de la Madre Maliciosa, el Síndrome de Falsos Recuerdos, la Interferencia Parental, las Prácticas Alienadoras Familiares. 

Se las calumnió como "madres neveras” en el caso de descendencia con problemas de autismo.   

Duro trabajo queda para desmontar tanta sabiduría que quiere explicar en detalle todas sus inferioridades y maldades. 

¿LAS HEMOS ESCUCHADOS? ¿SABEMOS DE LOS ORÍGENES DE SUS FRUSTRACIONES Y SUS COMPORTAMIENTOS? 

¿Reconocemos el mandato que como bien social, desde Rousseau se impuso a toda mujer, de cuidar, obedecer y entretener a su esposo y criar y educar a su descendencia negándoles un mínimo de amor propio?

 No, y lo que es peor, nos hemos aprovechado de ese mandato social que las ponía a nuestra disposición y somos una sociedad de egoístas y violentos opresores, haciéndonos las y los tontos.  

Si, las hijas también somos culpables de las violencias que viven nuestras madres pero los hijos, y los hijos de los hijos, esos, esos que desde sus paternidades  mantuvieron el patriarcado, esos que relegaron y negaron a su madre la igualdad una y otra vez , esos son los verdaderos culpables porque sustentan y sustentaron el poder .

Porque no solo mata el cuchillo, también mata la sociedad que banaliza ese acto.

Les debemos una vida libre de violencia y opresión y nos conformamos con dedicarles un día 

La sociedad entera debe ser consciente de cuanto les debe y reparar detalle a detalle cada opresión, e injusticia hacia ellas.

Desde aquí mi GRITO para que nos movamos y construyamos una la realidad sin violencia machista hacia cada mujer y cada madre. 


Leer más...

miércoles, 19 de abril de 2023

Las universidades, fundamentales para eliminar la violencia contra las mujeres

En Conferencia organizada por el Centro de Enseñanza para Extranjeros (CEPE) de la Universidad Nacional Autónoma de México, Marcela Lagarde y de los Ríos  se pronunció en favor de una política que genere conciencia entre la comunidad y se le dote de recursos ideológicos, jurídicos y judiciales

 Las universidades desempeñan un papel central para erradicar la discriminación y eliminar la violencia, principalmente contra niñas y mujeres. Y es que estas instituciones de educación superior como espacios del conocimiento y el pensamiento son en sí mismas, pacifistas, aseguró la antropóloga y feminista Marcela Lagarde y de los Ríos.

Las universidades también pueden proponer lo mejor para sus sociedades, dijo, y reconoció que actualmente ya trabajan en redes para impulsar políticas de género, a fin de erradicar la violencia contra mujeres y jóvenes en los espacios académicos.

Al ofrecer la conferencia La violencia contra las mujeres y cómo erradicarla, organizada por el Centro de Enseñanza para Extranjeros (CEPE) , Lagarde y de los Ríos señaló que aún hay violencia contra mujeres y entre hombres en los campus, por lo que se pronunció en favor de una política que genere conciencia entre los universitarios y se les dote de recursos ideológicos, jurídicos y judiciales en torno a dicha problemática.

“Ya formados en la perspectiva de género estos universitarios pueden contribuir a capacitar funcionarias y funcionarios que por ley tienen que aplicar políticas de igualdad y que no lo hacen porque ni siquiera las conocen”, añadió.

Quien del año 2000 al 2003 fundó y presidió la Comisión Especial para Conocer y dar Seguimiento a las Investigaciones Relacionadas con los Feminicidios en la República Mexicana y a la Procuración de Justicia Vinculada, insistió en que se debe continuar en el proceso de capacitación para poder satisfacer el reclamo social y la exigencia de que todo lo que se cree –proyectos, propuestas, organizaciones–tenga perspectiva democrática de género, es decir, perspectiva feminista.

Recalcó: “Necesitamos asumir que eliminar la discriminación y erradicar la violencia implica una gran convergencia de grupos, de partidos políticos, de profesionales y agrupaciones civiles que se sumen a esta causa, que no sientan que no les toca. Nos toca a todo el mundo porque todas las mujeres vivimos en situaciones de constante peligro”.

Para eliminar la violencia, agregó, se requiere enfrentarla de manera estructural, integral e interdisciplinaria. Implica también una actividad propositiva, promovente, vigilante, para lograr que cada vez más mujeres tengan conciencia crítica de género y puedan prevenir incluso ataques posibles, con montajes de teatralizaciones para violentarlas.

“Todo hecho de placer puede terminar, peligrosamente, en violencia. Y todo hecho de cariño puede albergar –en ocasiones– hechos violentos. A veces, sin darnos cuenta, estamos viviendo violencia o permitiendo que otras mujeres y niñas vivan violencia. No podemos permitir que siga esa sangría”, expresó.

Quien fue diputada federal en la LIX legislatura de la Cámara de Diputados, y junto con otras legisladoras y legisladores redactó y promovió la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia de 2007, y la inclusión del delito de feminicidio en el Código Penal federal y códigos penales locales, señaló que la violencia feminicida no son sólo los crímenes de odio, sino también el acoso y el hostigamiento sexual, entre otras acciones.

Además, la violencia política contra las mujeres es también un problema de la democracia y de derechos humanos, finalizó Marcela Lagarde.

https://www.gaceta.unam.mx/las-universidades-fundamentales-para-eliminar-la-violencia-contra-las-mujeres/

https://www.facebook.com/UniversidadTecnicadeAmbatoOficial/

Leer más...

martes, 4 de abril de 2023

Por una menopausia madurez y vejez siendo púrpuras, realizadas y esplendorosas!

 


«Cuando las mujeres que corren con los lobos alcanzan la madurez, empieza el baile de las mujeres sabias»

Clarissa Pinkola Estés

El promedio de vida ha aumentado, los cincuentas ahora son los nuevos treintas dicen por ahí, y la realidad es que para algunas mujeres la forma de vivir física y emocionalmente la llegada de la menopausia y posteriormente de la vejez está cambiando, no sólo porque alimentos, plantas, suplementos nutricionales, ejercicios, terapias y medicamentos nos ayudan amortiguándo las incomodidades y dificultades propias de estas dos etapas de la vida femenina, sino también porque el desarrollo personal y colectivo de la conciencia feminista, la recuperación y valoración de la sabiduría ancestral de las mujeres, además del conocimiento y aceptación del propio cuerpo, está marcando la diferencia en el estilo de vida de muchas de nosotras y aunque todavía no podemos generalizar, cada día es más frecuente ver a mujeres mayores vigorosas y emprendedoras.

Mirando atrás en la historia nos encontramos que en la remota antigüedad durante milenios las mujeres eran consideradas diosas y su cuerpo era algo sagrado, y aquellas que estaban atravesando la menopausia, así como las ancianas eran grandemente valoradas y respetadas por toda la comunidad, pues el cese de la menstruación y la vejez eran sinónimo de madurez, equilibrio, fortaleza y sabiduría.

Con la conquista patriarcal de la antigua Europa por parte de pueblos nómadas indoeuropeos casi 5000 años antes de la era cristiana, la situación y el lugar preponderante que ocupaban las mujeres y las divinidades femeninas dentro de la sociedad, comenzó a devaluarse rápidamente hasta que las primeras quedaron minimizadas, relegadas y bajo el dominio de los hombres y las segundas negadas, borradas, suplantadas por dioses masculinos y por lo tanto olvidadas.

En las últimas décadas a través del feminismo, del conocimiento difusión y práctica de la psicología femenina, (que dicho sea de paso no tiene nada que ver con la psicología freudiana) y de nuestro paulatino reencuentro con el sagrado femenino; es como un número cada vez más creciente de mujeres jóvenes y maduras en camino a la tercera edad, nos estamos reconciliando con nuestro cuerpo y con el proceso natural del envejecimiento desde una nueva y entusiasta perspectiva.

<La etapa de la vejez es una época de "maduración" en la que las mujeres pueden consagrar su tiempo, energía y creatividad a lo que en realidad les importa>

Jean Shinoda Bolen 

Sin embargo, hasta hace relativamente poco tiempo las mujeres en general veíamos la menopausia como una gran tragedia, como el principio de la decadencia y del fin, y la tercera edad como sinónimo de enfermedad, inutilidad, abandono, soledad y muerte, esto como resultado lógico de una estructura sociocultural de género que desdeñaba (y lo sigue haciendo) la madurez y la ancianidad de las mujeres.

Todavía en 1970 la filósofa y escritora francesa Simone de Beauvoir redactó y publicó su libro: La Vejez,  desde un profundo sentimiento de inutilidad, devastación y pérdida, y lamentablemente esta vivencia continua siendo la cotidiana realidad para un número grande de mujeres en Américo Latina y otras muchas partes del mundo, en que su poca o nula escolaridad, problemas de salud, familiares y económicos las condena a una infeliz solitaria y miserable tercera y última etapa de su vida.

La educación, la economía, la raza, la cultura y hasta la ubicación geográfica que cada mujer tenga, serán factores determinantes en su calidad de vida, su estado de salud  y en consecuencia en el disfrute o sufrimiento de su madurez y adultez mayor.

En México, por poner un ejemplo, 4 de cada 10 mujeres viven en la absoluta pobreza y en el caso de las mujeres indígenas el número aumenta a 7 de cada 10, el 14% de las adultas mayores son víctimas de violencia intrafamiliar, y el 18% de mujeres de 60 años en adelante no saben leer ni escribir, según informa el Instituto Nacional de Geografía y Estadística y el Instituto Nacional de las Mujeres.

En tal grado de analfabetismo, pobreza, abuso y abandono es prácticamente imposible que una mujer pueda disfrutar a lo largo de su vida, y menos aún de la tercera fase de su vida que sus capacidades físicas y de independencia comienzan a disminuir, en Latinoamérica el discurso familiar, social, gubernamental y político de honrar a la mujer, a la madre y a la anciana sigue siendo palabrería barata de aparador y no una realidad.

La Comisión de Naciones Unidas para la Condición Social  y Jurídica de la Mujer, y los movimientos feministas a nivel internacional, seguimos avanzando en la creación e implementación de leyes y políticas públicas que garanticen el derecho de TODAS las niñas y mujeres a la educación, los cuidados de salud, al empleo bien remunerado y a la jubilación, de modo que TODAS tengamos las mismas condiciones oportunidades y recursos para tener una buena vida y una vejez saludable, plena, creativa , maravillosa y feliz tal como nos las describe la psiquiatra, analista, escritora y feminista americana Jean Shinoda Bolen.

Por lo regular al llegar a la cincuentena las circunstancias conyugales, maternales y laborales de una mujer cambian para bien, dejándole el tiempo y el espacio para reencontrarse consigo misma, para cultivar y florecer su espiritualidad y su creatividad, para retomar sus sueños y proyectos puestos en pausa durante décadas, es el momento en que aparece una energía inesperada: el EPM (entusiasmo pos-menopáusico) como lo nombra la antropóloga, poeta y escritora americana Margaret Mead.

No obstante, la apertura al conocimiento y al cambio, la transformación psíquica y emocional que experimentamos naturalmente las mujeres al entrar en la edad madura, podría pasarnos desapercibida o no ser suficiente para  lograr nuestro máximo desarrollo personal, si no está acompañada de una buena salud, buena economía y buenas relaciones.

En ese sentido la agenda feminista tiene mucho que hacer y mucho que aportar en el derribe de barreras  ideológicas incrustadas patriarcalmente en la psique femenina, y de barreras estructurales  sociopolíticas y culturales que desde la desigualdad, el maltrato y la falta de oportunidades impiden el crecimiento integral de las mujeres, reduciendo y en muchos casos impidiendo la posibilidad de tener una etapa pos-menopausia y una tercera edad longeva creativa y feliz!

Ejerzamos nuestro derecho a ser mujeres mayores púrpuras, frescas, realizadas y esplendorosas!

Galilea Libertad Fausto 

Créditos de la fotografía a quien corresponda.


Leer más...