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sábado, 25 de febrero de 2023

Lo que es y lo que no es la depresión en las mujeres


 Las mujeres hemos sido tachadas de ser débiles, emocionalmente inestables, sumamente propensas a la histeria y a la locura. Esta ha sido la idea estereotipada que de nosotras se ha tenido culturalmente a través de la historia.

Todavía hasta el siglo XIX y principios del siglo XX la mujer que mostrara tristeza profunda, desesperación o enojo, era considerada como histérica y mentalmente perturbada, incluso la menstruación no sólo era vista como algo sucio de lo cual nos deberíamos avergonzar, sino también, como un castigo divino que en cualquier momento podría provocarnos la pérdida total de la razón.

En la ciudad de México en el año 1700 se instaló el primer hospital psiquiátrico en América exclusivo para mujeres, donde eran internadas, encerradas y olvidadas para siempre por sus familiares tan sólo por el hecho de sufrir lo que hoy conocemos como estrés, ansiedad y depresión.

Tal vez nuestra madre, una hermana, alguna amiga o incluso nosotras mismas hemos vivido la terrible experiencia de la depresión, esa sensación de inmovilidad emocional en la que nos parece que el mundo gira sin nosotras, en la que sólo lo vemos pasar rutinariamente, pasmosamente, indiferente y sin sonido,  sin ni siquiera percatarse de que estamos ahí, solitarias en esa devastadora sensación de que nuestra realidad en ese momento nos hace miserablemente invisibles a los ojos de los demás.

La depresión no es una simple y pasajera tristeza, es un hoyo negro en el universo de quien la padece que le mantiene perdido y anclado en el pasado, en duelos permanentes, por una o más pérdidas no superadas, o por causas en su presente que no logra asimilar y en muchos otros casos sin que exista una razón aparente para ese profundo dolor, sufrimiento, apatía y enorme falta de esperanza.

Quiero hacer énfasis en la depresión pos parto de la que cada vez es más común escuchar, por desgracia muy a menudo oímos en las noticias o dentro de nuestro entorno comunitario, incluso familiar, casos de mujeres intentando o logrando suicidarse, esto (en la mayoría de los casos) después de haber terminado con la vida de sus propios hijos precisamente a causa de la tantas veces ignorada o mal atendida depresión posparto.

Recientemente una joven madre y yo hablábamos acerca de este doloroso tema mientras desayunábamos juntas, …”me doy cuenta de que la gente no se toma en serio la depresión que muchas  sufrimos cuando estamos embarazadas y/o después de tener un bebé, lo minimizan como si sólo fueran “ideas, cosas  y exageraciones locas de las mujeres” de las que no hay porqué preocuparse”…dijo visiblemente conmovida tanto por su propia experiencia como la de otras madres cercanas a ella, a lo cual añadió: “no creo que la gente entiende lo terrible angustiante desesperante desgastante e incapacitante que es sentirse así!”…

El romanticismo del que se ha envuelto a la maternidad desde las primeras décadas del siglo XX y especialmente en la era de la posguerra, dando por hecho que todas las mujeres son inmensamente felices desde el momento de la concepción, durante el embarazo y después del parto, a sido uno los motivos de mayor influencia en el retraso en el conocimiento, investigación, prevención y tratamiento de este trastorno de la salud mental-afectiva de las mujeres, que no comenzó a ser medianamente reconocido y deficientemente atendido hasta finales de los ochenta del siglo pasado.

La depresión es una de las causas de mayor discapacidad en las mujeres y en el caso particular de la depresión posparto, está afecta a un 56% de las mujeres latinas en México y Estados Unidos, con un porcentaje a nivel global de un 15% y de un 20% en las zonas de pobreza de acuerdo con informes de la Organización Mundial de la Salud y de la Organización Panamericana de la Salud, estas cifras son ya de por si realmente alarmantes, pero igual o peor es el hecho de que se le siga restando importancia a este terrible padecimiento, lo cual suele suceder tanto dentro de la propia familia como en la sociedad en general.

La Organización Mundial de la Salud dictamina que los pasos para prevenir y atender la depresión pos parto son: la integración de programas de atención de salud mental durante el embarazo, la sensibilización y capacitación del personal médico, terapia individual y grupos de apoyo (antes y después del parto), además de brindar toda la información necesaria que las pacientes y sus familiares necesiten.

(Cabe mencionar que la depresión no es exclusivamente un padecimiento femenino, aunque el porcentaje es mucho mayor en mujeres que en hombres (4 a 1), no obstante, la OMS calcula que para el 2030 la depresión será la causa mayor de discapacidad en la población en general a nivel mundial).

El sufrir de un alto estrés, ataques de ansiedad o depresión constante no nos convierte en unas “locas de atar” como todavía dicen por ahí pero, lo que si es verdadero y necesario es que entendamos  sin miedo, sin sentir vergüenza, y sin prejuicios, que son padecimientos de salud emocional y mental que requieren que los tomemos en serio, y que reconozcamos que necesitamos de inmediata atención médica y psicológica.

La depresión es algo que nos lastima profundamente y nos altera la percepción que tenemos de nosotras mismas, del mundo que nos rodea, del presente y del futuro.

Ya sea que nosotras o que alguien cercana esté sufriendo algún tipo de depresión (reactiva, por estrés, hereditaria, pos parto o química), debemos estar seguras de que existe ayuda para cada caso, no tenemos que acostumbrarnos ni resignarnos a padecer, el estrés, la ansiedad y la depresión no tienen porqué ser parte de nuestra rutina diaria.

Si bien es cierto que la sociedad actual ha popularizado y normalizado estos padecimientos haciéndolos parecer más un asunto de moda que un problema grave de salud, también lo es que debemos asumir la responsabilidad de nuestro propio bienestar y darle la seriedad y la importancia que requiere, buscando la ayuda profesional que necesitamos para poder sanar y recuperar el control de nuestra vida.

El amor, la comprensión, la paciencia, el acompañamiento y el apoyo de la familia, amistades y allegados es indispensable para lograr la recuperación,  por lo mismo es necesario que como sociedad entendamos que la depresión no es flojera, no es necedad, no es negatividad a propósito, ni tampoco es falta de carácter o voluntad propia para vencerla y salir adelante, no son ideas, tonterías, locuras o pretextos que las mujeres ponen para holgazanear como a menudo se les acusa.

Los diferentes tipos de depresión que padecemos tanto hombres como mujeres son reales, y son una enfermedad que necesita de tratamiento médico y psicológico además de apoyo emocional y espiritual URGENTE!

Galilea Libertad Fausto 

Créditos de la ilustración: 123RF 

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