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sábado, 13 de agosto de 2022

La conferencia de Beijing 21/ 24


 Asistieron más de cuarenta mil mujeres; y ya fuera en el foro de ONG’s en Huairou, o en la conferencia gubernamental en Beijing; su presencia jugó un papel clave para la resolución de muchas controversias alrededor de la conferencia. El éxito de los esfuerzos del caucus de derechos humanos de utilizar los derechos humanos como estructura para la Plataforma de Beijing completa es notoria en cada sección del documento final, excepto en la de ambiente. 

La Cuarta Conferencia Mundial Sobre la Mujer en Beijing, en 1995, significó un avance histórico de los derechos humanos de las mujeres, tanto política como conceptualmente. Gracias al cabildeo de miles de mujeres y con base en muchos instrumentos internacionales, y en particular en la Conferencia Mundial de Derechos Humanos de Viena en 1993 la Conferencia de Beijing admitió sin ambigüedades que “los derechos de las mujeres son derechos humanos”. Además, la Plataforma de Acción de Beijing, basada en una perspectiva de derechos humanos, es en realidad el plan de acción para la implementación de la CEDAW: reafirma y consolida muchos aspectos importantes de los derechos de las mujeres, aclara de manera muy útil otros y promueve acciones y mecanismos necesarios para hacer realidad y proteger los derechos de las mujeres. 

 A continuación, enumero algunos aspectos específicos a los derechos humanos de la Plataforma de Acción de Beijing: .


Universalidad de los derechos humanos


Aunque durante las pre-conferencias y gran parte de la Conferencia, la universalidad de los derechos humanos fue cuestionada, eventualmente todas las participantes acordaron el paquete en el cual: (1) el uso de la palabra “universal” como modificador de los derechos humanos se dejó de lado; (2) el lenguaje de Viena con respecto a los derechos de las mujeres como parte de los derechos humanos universales se reafirmó; y 3) se agregó un párrafo que combinaba partes del lenguaje de Viena, incluyendo afirmaciones de que el monitoreo de los derechos humanos era una preocupación legítima de la comunidad internacional y que todos los derechos humanos deben ser tratados con igualdad y de igual manera; y una reafirmación de “la importancia de garantizar la universalidad, objetividad y no selectividad de la consideración de los asuntos de derechos humanos”. .


Inclusión del concepto de “género”

Uno de los asuntos fundamentales con que debían lidiar los gobiernos era relativo al término “género”, a pesar de que éste había ya sido utilizado por Naciones Unidas durante más de una década. En abril de 1995, varias delegaciones, lideradas por Benin, Guatemala, la Santa Sede, Honduras y Malta, pusieron la palabra “género” entre corchetes a través de todo el borrador de la plataforma, lo cual indicaba desacuerdo con su uso. El arzobispo Oscar Rodríguez, presidente de la Conferencia Episcopal Latinoamericana, expresó la posición de quienes se oponían a su utilización en el documento, afirmando que creía que ella derivaba del deseo de las feministas de promover “géneros contra natura” y “destruir los valores morales y de la familia”. También acusó a la conferencia de tratar de establecer cinco géneros: masculino, femenino, lésbico, homosexual y transexual. 

Después de muchas reuniones y grupos de contacto, se decidió conservar la palabra “género” en la Plataforma, pero no se hicieron esfuerzos por llegar a una definición de consenso, esto ha permitido que en años posteriores se haya tergiversado mucho su significado, tanto por quienes se oponen a su uso como por quienes han buscado reducirlo a un sentimiento puramente subjetivo

Igualdad

El concepto de igualdad había sido un problema mayor durante las etapas preparatorias de la Conferencia de Beijing y fue igual de controversial en la conferencia misma. Sin embargo, la dinámica de ésta fortaleció mucho a quienes presionaban para que se reafirmara el término igualdad y por impedir su sustitución por el término “equidad” como lo había propuesto la Santa Sede desde la conferencia preparatoria. Aunque las formulaciones finales varían, la mayoría de las referencias problemáticas a la equidad fueron eliminadas. Sin embargo, muchas agencias de la ONU y muchos Estados hicieron la sustitución porque bien saben que la equidad no exige eliminar las diversas discriminaciones que padecemos las mujeres en todo el mundo


La violencia contra las mujeres

La Plataforma de Beijing lleva este tema un paso más adelante que las anteriores conferencias, al equipararlo con una violación a los derechos humanos de las mujeres, lo cual exige informar y monitorear las violaciones, una investigación y juicio a los perpetradores, debida diligencia por parte de los gobiernos   para prevenir dichas acciones y una rendición de cuentas de los responsables directos e indirectos de la violencia.

 A la violencia contra las mujeres se le asigna una sección completa de la Plataforma de Acción y aparece en las secciones sobre conflicto armado y derechos humanos. El resultado es que el documento de Beijing contiene más de veinticinco páginas a espacio simple que tratan el tema. 

La Plataforma de Acción de Beijing también ofrece una definición amplia de la violencia contra las mujeres e identifica la violencia física, sexual y fisiológica en la familia; la violencia relacionada con la dote; la violación marital, la mutilación genital femenina, la violación y el hostigamiento; el tráfico de mujeres y la prostitución forzada; la esterilización forzada y el aborto forzado; el infanticidio femenino y la selección sexual pre natal; la violencia contra las mujeres en conflicto armado (incluidos el asesinato, la violación sistemática, la esclavitud sexual y el embarazo forzado). Afirma que esta violencia se debe prevenir, declarar fuera de la ley y castigar, ya sea que ocurra en la esfera pública o en la privada.

Salud sexual y reproductiva

Este fue quizás el asunto más controversial en Beijing. De hecho, una de las razones de que surgiera la controversia sobre el término “género” fue por la existencia de dos referencias a la orientación sexual en el borrador del documento. La primera indicaba que la orientación sexual era una de una lista de obstáculos, incluyendo raza, cultura y discapacidad, que constituyen fuentes de discriminación y violencia contra las mujeres. La segunda sugería que los gobiernos deberían contemplar garantías legales para prevenir la discriminación basada en la orientación sexual. 

Finalmente, el documento final de Beijing no incluyó dichas referencias, a pesar de un largo debate sobre el tema. 

No obstante, la Plataforma de Acción de Beijing logró avances substanciales en esta área. Contiene la audaz definición adoptada en Cairo, que afirma que todos estos derechos devienen del derecho básico de todas las parejas y personas individuales de decidir libre y responsablemente el número, frecuencia y momento de tener hijos/as y, tener acceso a información y medios para hacerlo, y el derecho a alcanzar los niveles más altos de salud sexual y reproductiva. También incluye el derecho a tomar decisiones sobre la reproducción libre de discriminación, coerción y violencia, como expresan los documentos de derechos humanos. 

Después de una discusión sobre la implementación de los derechos reproductivos, el documento toca el tema de la igualdad en las relaciones sexuales y extiende el lenguaje de derechos humanos a la sexualidad y el comportamiento sexual, afirmando que:

 “Los derechos humanos de las mujeres incluyen su derecho a tener control sobre y a decidir libre y responsablemente sobre temas relacionados con, su sexualidad, incluyendo la salud reproductiva y sexual, libre de coerción, discriminación y violencia. Las relaciones igualitarias entre hombres y mujeres en cuanto a las relaciones sexuales y la reproducción, incluyendo respeto pleno a la integridad de la persona, exigen respeto mutuo, consentimiento y responsabilidad compartida del comportamiento sexual y sus consecuencias.” 

 Se dijo que los y las delegadas conservadoras quedaron complacidas/os con el texto final, ya que omitía el término  “derechos sexuales”. No obstante, al final de la conferencia, veinte de los veintinueve estados que habían sometido reservas y arreglos al informe de la conferencia, las habían sometido a este sólo párrafo. Esto nos lleva a pensar que entendían que el lenguaje usado, aunque no mencionaba el término “derechos sexuales”, claramente se refería a ellos

El papel de las ONG’s

 Las ONG’s han jugado un papel importante en el avance de los derechos humanos de las mujeres, y el documento final de Beijing lo reconoce diciendo que las organizaciones de mujeres y los grupos feministas han sido catalizadoras de su promoción.


Derechos económicos y sociales

Se encuentran referencias a los derechos sociales y económicos en las secciones sobre educación, salud y trabajo, aunque hay que leer muy cuidadosamente la sección de pobreza para encontrar una única referencia a los derechos humanos, y esa está en el párrafo sobre mujeres inmigrantes. 

in embargo, la discusión más fuerte sobre derechos económicos y sociales aparece en la sección sobre mujeres y economía. Después de un análisis de los obstáculos que afectan a las mujeres, esta discute, inter alia, la discriminación contra las mujeres en la educación y su falta de acceso a recursos económicos. El primer objetivo estratégico reclama esfuerzos para “promover la independencia y los derechos económicos de las mujeres, incluyendo el acceso al empleo, condiciones de trabajo adecuadas y control sobre los recursos económicos”, e incluye una lista detallada de medidas que deberían tomarse para terminar con la discriminación. Las recomendaciones abordan el tema del derecho de las mujeres trabajadoras a igual paga y acceso a recursos económicos y la eliminación de la discriminación laboral y ocupacional.

Arreglos institucionales: Que el género esté presente en todo el sistema - Gender Mainstreaming o transversaliación de la perspectiva de género

A pesar del progreso hecho desde la creación de la ONU, en Beijing hubo una considerable preocupación, tanto entre las ONG’s como entre las delegaciones, de que los asuntos o temas relacionados con las mujeres continuaran siendo marginados en el sistema si solamente se le daba a la CSW la principal responsabilidad de supervisar su inclusión en todos los temas.. Al final, las delegaciones acordaron mantener los órganos separados que juegan un papel catalítico y experto en el tema, pero trataron de involucrar a todos las demás en la integración de la perspectiva de género, hasta donde fuese posible. 

La Plataforma también hace un llamado a todas las agencias y departamentos de la ONU –desde su Departamento de Información Pública, en Nueva York, hasta el Banco Mundial y agencias especializadas localizadas por todo el mundo – a incorporar la Plataforma en su trabajo, pidiendo al Secretario General que garantice que la perspectiva de género se transversalizará en todas las actividades de las Naciones Unidas. La Plataforma hace énfasis particular en la importancia de eliminar obstáculos para el adelanto de las mujeres dentro de las secretarías y agencias especializadas de la ONU, y hace un llamado especial a los gobiernos para que se comprometan a nombrar y promover más mujeres candidatas en organizaciones internacionales

 Por último, la Plataforma hace un llamado a cada gobierno para que desarrolle un plan específico para implementarla – planes que serán revisados por la CSW y los demás órganos de la ONU a medida que integran las necesidades e intereses de las mujeres en su trabajo.


Este texto esta tomado del libro de Alda Facio Montejo titulado La evolución de los derechos humanos de las mujeres en las Naciones Unidas 


 Alda nos dice : Este documento ha sido preparado con fines puramente pedagógicos. No pretende ser una historia oficial ni completa de estos años. Resume, desde la perspectiva de una latinoamericana que ha participado en muchos de los eventos que aquí se narran, una breve etapa de la larga historia de la lucha de las mujeres contra el patriarcado que también está dentro de la ONU. Este pedacito de la historia de resistencia y logros de las mujeres no pretende decir que sea dentro de la ONU o en esos años que hayan sucedido los acontecimientos más importantes para el logro de la igualdad y la justicia social para las mujeres de todo el mundo, de todas las razas/etnias, credos, culturas, edades, nacionalidades, capacidades, sexualidades, etc. 


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