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lunes, 9 de noviembre de 2020

Romper con los patrones relativos a trabajos “de mujeres” y trabajos “de hombres”: valor y roles 15/22


48. Si bien el crecimiento de nuevos sectores, como el de la tecnología y el de la energía renovable, brinda la oportunidad de que haya más mujeres empleadas en ámbitos en que predominan los hombres, una mayor participación en la fuerza de trabajo no garantiza automáticamente la igualdad de condiciones para la mujer. La persistencia de la segregación ocupacional puede explicarse por las diferencias de género en cuanto a educación, capacitación y experiencia; la discriminación; normas sociales profundamente arraigadas; y la distribución desigual del trabajo doméstico y de cuidados no remunerado. Los estereotipos sobre los roles de género y las diferencias en la percepción de las aptitudes también contribuyen a la segregación ocupacional. Las ocupaciones predominantemente femeninas, que tienden a ser las de peor consideración y remuneración, han seguido estando feminizadas o se han feminizado aún más. 
49. Sin una intervención específica, los patrones de segregación existentes se reproducirán en los nuevos sectores emergentes. Las intervenciones específicas incluyen adoptar medidas especiales de carácter temporal para aumentar la representación de la mujer en sectores de alto crecimiento; proporcionar educación, desarrollo de competencias, perfeccionamiento profesional en el empleo y aprendizaje permanente para que las mujeres pasen de empleos que corren el riesgo de ser automatizados a sectores de alto crecimiento; y ofrecer incentivos y realizar intervenciones con miras a aumentar la representación de la mujer en la educación y el empleo en las esferas de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas. Los marcos regulatorios y de políticas pueden desempeñar una función importante a fin de obligar a los empleadores a informar sobre la composición de género de sus empresas u organizaciones por ocupación, brecha salarial de género y representación de la mujer en la dirección. El potencial crecimiento del sector de los cuidados, en el contexto del envejecimiento de la población, debe implicar que se valore debidamente el trabajo de cuidados remunerado en términos tanto económicos como sociales, mediante salarios y condiciones dignos. Habida cuenta de la representación excesiva de las mujeres en los empleos mal remunerados, la legislación sobre el salario mínimo, junto con leyes que garanticen el derecho a la igualdad de remuneración por trabajo de igual valor, también pueden contribuir considerablemente a reducir las brechas salariales de género. Para frenar la segregación ocupacional, es igualmente importante establecer incentivos y adoptar medidas que alienten a los hombres a aceptar empleos en sectores donde predominan las mujeres, como la educación y el trabajo de cuidados remunerado.

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