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viernes, 12 de julio de 2019

Violencia machista en Ecuador


La violencia   machista o de género constituye una grave violación de los derechos humanos que atenta contra la libertad y pone en riesgo la integridad física, emocional, sexual y la vida de las personas que la viven. Además, limita el ejercicio de otros derechos relacionados con su desarrollo personal, sus posibilidades de participación social y su acceso a recursos y servicios (62).

La violencia machista o  de género se traduce histórica y socialmente, en violencia dirigida contra las mujeres (de todas las edades, culturas, etnias, religiones, ideologías, orientación sexual y sectores socioeconómicos), puesto que las afecta en forma desproporcionada con base en el rol femenino socialmente construido. Puede ser física, psicológica, sexual, formas combinadas y otras formas de coacción y privación de libertad (62).

En el Ecuador la violencia de género es un problema de salud pública; 6 de cada 10 mujeres ha sido víctima de algún tipo de violencia basada en género, de ellas el 54,9% han sufrido violencia psicológica, el 38% violencia física, el 35,3% violencia patrimonial y el 25, 7%, es decir 1 de cada 4 mujeres, han sufrido violencia sexual. A partir del tercer hijo, el 50,3% de las mujeres sufre violencia, mientras que a partir del cuarto hijo, la violencia sube al 60% de las mujeres. Las mujeres que se han
casado o unido por primera vez entre los 16 a 20 años son las que mayor violencia han vivido con el 70,5% (33).El 76% de mujeres que han vivido violencia han sido violentadas por sus parejas o exparejas (63).
Los embarazos en adolescentes menores de 14 años tienen una alta correlación con la violencia sexual, adicionalmente el sistema de salud y fiscalía registran que entre el 30% y 50% de los casos reportados sobre violencia física, sexual o psicológica corresponden a niñas, niños, adolescentes (64).
En un estudio realizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el 2013, se exponen los efectos tanto físicos, como psicológicos, sexuales y reproductivos a corto y largo plazo, que la violencia de pareja y violencia sexual causa a las víctimas supervivientes y a sus hijos, entre los más prevalentes se encuentran los siguientes (65):
 - Consecuencias mortales, como el homicidio o el suicidio.
 - El 42% de las mujeres víctimas de violencia de pareja refieren daños físicos, psicológicos, y sexuales.
- Embarazos no deseados, aborto, muerte fetal, parto prematuro y recién nacidos con bajo peso al nacer y, en varias ocasiones, abortos provocados.
- Probabilidad 1,5 veces mayor de padecer problemas ginecológicos, infecciones de transmisión sexual como VIH/Sida y VPH, en algunas regiones.
- Trastornos psicológicos: depresión, ansiedad, estrés postraumático, insomnio, trastornos alimentarios, adicciones, sufrimiento emocional e intento de suicidio.
- Efectos en la salud física: cefaleas, lumbalgias, dolores abdominales, fibromialgia, trastornos gastrointestinales, limitaciones de la movilidad y mala salud general.
- Incrementa el consumo de tabaco, alcohol y drogas, así como las prácticas sexuales de riesgo en fases posteriores de la vida. - Mayores tasas de mortalidad y morbilidad en los menores de 5 años (por ejemplo, por enfermedades diarreicas y malnutrición).

Es importante resaltar que por su situación de vulnerabilidad, existen otros grupos de población que se encuentran en un riesgo mayor de ser víctimas de violencia de género, entre éstos se encuentran los adultos y adultas mayores, las personas con discapacidad, personas privadas de su libertad, y las personas de diferentes orientaciones sexuales o identidades de géneros, entre otros.

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