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martes, 9 de abril de 2019

No a las heroínas de telenovela!



 A veces nos dejamos llevar por un capitulo de una telenovela y aveces nos hemos dejado llevar por telenovelas enteras pero tanto estereotipo manipulado nos ha alejado de esas series .  Entendemos que hay muchas mujeres a las que les alivian la vida, al no tener una mejor diversión a  mano. A ellas va dirigido este interesante articulo.

Por qué NO ser una heroína de telenovela
Viven envueltas en el drama. Son bellas, pobres y dispuestas a sacrificarlo todo por amor. 
¿Realmente queremos ser como las heroínas de las telenovelas? Te decimos varias razones por las que NO queremos ser como ellas. Texto: Mariana Israel 

    
Para ser una heroína, la juventud es un requisito. Si tienes 40, estás mayorcita para ser la protagonista de una novela. De acuerdo con datos del reporte “El estado de las mujeres en los medios de EEUU 2013”, elaborado por el Centro de Medios de las Mujeres, el 67% de los personajes de ficción que tienen 50 años son varones. Los roles femeninos de 40 años o más, representan un escaso 11% del total de los papeles.
Nos desesperamos, lloramos y reímos con ellas. Son las heroínas que entretienen nuestras tardes y noches, mujeres de las telenovelas que seguimos fielmente todos los días. Sin embargo, ¿te preguntaste alguna vez si querrías estar en sus zapatos? En un torbellino de ideas, veamos por qué NO nos gustaría encarnar a la chica del culebrón.

Tendríamos que ser luchadoras en extremo. A veces desearía que los guionistas les dieran un respiro. Unas vacaciones cortas, una mini escapada de “tanta” guerra. Si no pelean por el amor de sus vidas, luchan por encontrar a hijos perdidos o por vengar el pasado de sus familiares. ¡Que reine la paz, alguna vez!
    
Tendríamos que ser tontas. El estereotipo de la heroína de antaño era “la rubia tonta, atractiva, divertida y promiscua”, describe la Dra. Mia Moody-Ramírez* a Yahoo! Mujer. Eran, también, chicas abnegadas y sumisas. Hoy dicho concepto ha cambiado rotundamente, pero no siempre para bien.
 
Tendríamos éxito en todo menos en las relaciones. Hoy, las heroínas de las novelas son fuertes y arrolladoras, “una combinación de rasgos masculinos y femeninos”, señala Moody-Ramírez. La Patrona es el mejor reflejo de esta nueva tendencia. Su protagonista, Gabriela Suárez, es una trabajadora minera. A su vez, es madre soltera y tiene muchos problemas con su hijo.
    
Estaríamos frustradas. “Vemos cada vez más protagonistas femeninas con puestos de alto rango en corporaciones. Superatractivas, pero con problemas a la hora de relacionarse. Son sexies e inteligentes, pero trágicas, solitarias e incapaces de cultivar una relación exitosa y una vida familiar”, opina Moody-Ramírez.
    
Tendríamos que dar TODO por amor. “Se vuelven locas de atar por amor… ¡y esa manera de llorar!”, dice Lucía, de 28 años. Nuestras heroínas son seres sufrientes como Abigail (protagonizada por la actriz venezolana Catherine Fulop), que lamentaba la pérdida de su hijo y la separación de su amado.
    Alguien/algo querría arruinarnos la vida. “No me gustaría ser una de esas heroínas, porque o tienen un amor imposible, o un hijo abandonado, o quieren arrebatarles a su pareja o su fortuna; o bien, sus vidas cambian de golpe por secretos del pasado. ¿Qué mujer querría que le pasara todo esto?”, se pregunta María, de 17 años.
 
Al final, el salvador siempre sería ÉL. La diferencia de clases es otro tema recurrente en las novelas. Vimos cómo la recolectora de basura, “María la del barrio” (Thalía), era menospreciada por sus patrones y “salvada” por su amor. “Muchos de estos estereotipos tienen que ver con la posición de dependencia y sometimiento que se les adjudica a las mujeres en las culturas y subculturas vigentes. Es una expresión de las sociedades que sostienen discursos androcéntricos”, declara la psicoanalista Leticia Glocer Fiorini* a Yahoo! Mujer. menos 
 
Querríamos que ÉL sufra. El amor es el tema central de las novelas, y su clave del éxito. El problema es que, tradicionalmente, “se adjudica a las mujeres la búsqueda del amor como objetivo fundamental junto con la maternidad, apunta Fiorini. “No se lo considera una demanda que puede regir también la vida de los hombres, porque sería un signo de debilidad para ciertas concepciones sobre la virilidad”, añade.
    
Apareceríamos desnudas. Las heroínas muestran piel. Un estudio entre los programas del prime-time arrojó que los desnudos están protagonizados en un 34.6% por mujeres y en un 11% por varones. El trabajo fue impulsado por la Escuela Annenberg de Comunicación y Periodismo de la Universidad de California del Sur, y por el Instituto Geena Davis, dedicado a la representación de los géneros en los medios. Se basó en 275 programas transmitidos en horario estelar a lo largo de una semana, en la primavera de 2012. menos 
    
Siempre vestiríamos ropa sexy. Imagínate el rollo de tener que vestir minifaldas, tops ceñidos y tacones altísimos todos los días, todo el tiempo. Nada de andar a cara lavada, en chanclas y pants. El estudio mencionado halló que las mujeres en las series del prime-time aparecen cuatro veces más que los varones vistiendo atuendos sensuales. Todo para ellos… y para nosotras, ¿qué?
    
Tendríamos que ser delgadas. Otro factor de discriminación. Piensa en una heroína rellenita… ¿la encontraste? ¡Hasta Betty la Fea era delgada! El estudio de la Universidad de California del Sur halló que el 37.5% de las mujeres en los programas tenía una cintura diminuta, contra el 13.6% de los varones.
 
Las heroínas mantienen el status quo. “Los estereotipos persisten porque mantienen el status quo de la sociedad. Son preocupantes cuando descalifican a la mujer, porque contribuyen a que los ciudadanos interpreten el mundo que los rodea bajo esta clave”, advierte la Dra. Moody-Ramírez. Desde su punto de vista, las altas dosis de sufrimiento de las heroínas son una forma de ilustrar lo que le sucede a las mujeres cuando nos apartamos de los roles tradicionales del género. menos 
 
Porque todo estereotipo es un cachetazo a las mujeres que luchan por los derechos igualitarios. Los televidentes empiezan a ver a las mujeres bajo los lentes de las representaciones en las novelas y en los medios en general. Moody-Ramírez sostiene que las niñas comienzan a emular estos estereotipos, alimentando una especie de profecía de autocumplimiento que echa por la borda la lucha por la igualdad de derechos entre los sexos.
 
¡Reaccionemos! Las mujeres podemos exigir que nos representen mejor en las novelas. Podemos boicotear los programas que consideramos ofensivos y enseñarles a nuestras hijas a tener una visión crítica sobre los estereotipos. Tal vez así, encontremos motivos por los cuales moriríamos por convertirnos en las heroínas de los culebrones. Especialistas consultadas: *Mia Moody-Ramírez: Doctora en Filosofía. Profesora asistente de periodismo de la Universidad de Baylor, Texas. *Leticia Glocer Fiorini: Psicoanalista y Presidenta de la Asociación Psicoanalítica Argentina. Fuentes: Instituto Geena Davis de Género en los Medios (seejane.org) y Centro de Medios de las Mujeres (womensmediacenter.com). 


http://es-us.mujer.yahoo.com/fotos/heroinas-de-telenovelas-modelo-a-seguir-slideshow/hero%C3%ADnas-de-telenovelas-modelo-a-seguir-photo--162663384.html

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