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sábado, 28 de abril de 2018

El hurto



No, no voy a hablar de las cremas de las que se han valido los suyos para echar a Cristina Cifuentes. Voy a hablar sobre el  teléfono móvil que sustrajeron los de la manada a la joven después de pasarlo todos como amiguetes, según la opinión de uno de los jueces. Unos amigos que, juntos todos, de buen rollo, siguieron quemando la noche por las calles de Pamplona. ¿O no fue así? Tristemente no fue asi, sinó que la dejaron tirada y semidesnuda y con riesgo de dejarla embarazada.
¡No me casa! El asunto sobrepasa el machismo normal. Toda la vida hemos visto en las películas como el cortar la línea telefónica era uno de los escalones para llevarnos al terror. Se trataba de dejar a la víctima aislada y a merced del agresor. Pero no, en este caso se trataba de colegís que se dan un gusto mutuo ¿O no me he enterado bien?
El hurto del móvil  que parece no significar nada, justamente cierra el acto de dominio, la expresión de poder de unos malnacidos que se han estado usando a una joven 10 años menor que ellos aprovechando que había bebido.

El asunto es tan demencial que no podemos entender la desprotección de la justicia a casi una niña, tomada como botín por unos marichulos para su disfrute.

Lo terrible del caso es que la respuesta de todas las jóvenes que ayer salieron a la calle pone de manifiesto que saben de que va el tema, que esos actos de violencia no les son tan lejanos, que conocen a mujeres que se han visto en situaciones de esas características y que están hartas y han decidido decir Basta Ya incluso a la patriarcal justicia que padecemos .

Era muy claro  el eslogan que se cantaba:  ! Sola , borracha.... quiero llegara a casa ! esto es : yo te respeto , tu debes respetarme igual. Lo demás pasó a la historia. 

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