Acerca de nosotras ·

viernes, 30 de junio de 2017

Feminicidio, más allá de una "palabrita "



 También nos habla que el feminismo es una cultura ilustrada y de su necesidad  y como ha participado en la gestación de los derechos  humanos de las mujeres .


 La violencia que afrontan las mujeres cada día, requiere de todo nuestro esfuerzo para su erradicación. Cambiar un mundo que se mueve en unos valores implantados por años y con profundas e intrincadas raíces requiere nuestra formación .  Disfrutemos y aprendamos con cada propuesta de las teóricas feministas . 

http://www.lrmcidii.org/conferencia-de-marcela-lagarde-de-los-rios/
Leer más...

miércoles, 28 de junio de 2017

Por la visibilidad de las lesbianas y contra su estigmatización y discriminación


La activista Claudia Castro, una de las referentes máximas de La Fulana, consideró que la visibilidad lésbica es central para eliminar prejuicios. “Mientras no haya visibilidad integral seguirá el estigma, la discriminación”, dijo. “Existe incluso la discriminación dentro del mismo movimiento. Hace quince años que participo de encuentros LGBT y allí la mayoría son gays y trans y las lesbianas estamos como siempre rasgando algo, pidiendo un lugarcito”.


Esta activista, la primera que en 2007 pidió junto a su pareja de entonces María Rachid turno para casarse, agregó: “Si una es lesbiana cuesta doblemente pedir la palabra, estar en lugares de poder, de decisión. Lo mismo que pasa con las mujeres en el afuera, en general, pasa peor por ser lesbiana”. Castro habló de experiencias de compañeras lesbianas que se sienten obligadas a hacer el doble o el triple de esfuerzo laboral para no ser cuestionadas. La presión es por mujer y por lesbiana.

Tristemente la relaciones de mujeres madres con otras mujeres no están aún plenamente aceptadas por las y los hijos que prefieren al comodidad de relaciones más convencionales.
 Recordamos el caso de Dolores Vázquez  y como los medios y la sociedad entera  se cebó en ella dando lugar a la construcción de la lesbiana perversa como indica en su libro Beatriz Gimeno:

Las lesbianas nunca están con nosotros, sino siempre en otro sitio: en la imaginación, en las sombras, en los márgenes, escondidas de la historia, fuera de la mirada, fuera de lo imaginable, representadas siempre como un trágico error” En 1999 el asesinato de la joven Rocío Wanninkhof conmocionó a la sociedad española. El prejuicio contra las lesbianas y su invisibilidad social condenaron a Dolores Vázquez por un crimen que no había cometido. Su historia ejemplifica cómo el odio atávico, el miedo y la incomprensión hacia las lesbianas pueden convertir a los aparentemente neutrales medios de comunicación en instrumentos de la construcción de un estereotipo: el de la lesbiana perversa, un blanco fácil para el linchamiento público. A partir de un exhaustivo y apasionante análisis de las noticias relacionadas con el caso Wanninkhof publicadas en El País, ABC y El Mundo entre 1999 y 2006, Beatriz Gimeno ilustra cómo se articula la lesbofobia y los discursos que la enuncian, especialmente el sexismo, así como los problemas que tienen los medios de comunicación, todos ellos, para trasladar a la sociedad la existencia “normalizada” de una lesbiana real, de una lesbiana difícilmente reducible a objeto erótico y que, además, no vive aislada ni al borde del abismo, sino en el entorno de una familia que a menudo incluye hijos.

http://blogs.lanacion.com.ar/boquitas-pintadas/discriminacion-y-homofobia/ahora-las-mujeres-lesbianas-tambien-tendran-su-dia/

http://www.gedisa.com/ficha.aspx?cod=030631#.WVPf-miPKM8
Leer más...

Hablamos de misoginia



De plena actualidad lo importante de este articulo publicado en Argentina hace unos años:


Las cartas marcadas

Quemadas en la hoguera, acusadas de brujas, de tontas, de más débiles o de perfectas víctimas de un crimen pasional, las mujeres históricamente han sido objeto de un odio que no cesa. El libro del periodista Jack Holland publicado recientemente, Una breve historia de la misoginia (Ed. Océano), intenta poner en perspectiva cronológica un sentimiento que, compartido por hombres y mujeres, ha dejado y sigue dejando en desventaja y en situación de riesgo a la mitad del planeta.




  Por Marisa Avigliano
“No sólo a los homosexuales no les gustan las mujeres, a casi nadie”, repite Peter Sellers mientras se mira en un espejo en el set de Woman Times Seven. Escenas desordenadas, fragmentos de películas pegados con la scotch de la memoria vaga compaginan un anuario misógino que nos acomoda boca abajo con las piernas cruzadas hacia arriba escribiendo la lista interminable en la que aparecen la ambigüedad poética, los mitos desenterrados y las más lejanas y amorosas obsesiones personales en la que figurará seguramente Jenny Colon, la Pandora de Nerval.

Pero después de hacer la lista o mientras tanto podríamos empezar una historia de la misoginia a partir de la entrada mujer en cualquier diccionario simbólico: en la esfera antropológica la mujer es el principio pasivo de la naturaleza y también es la sirena, lamia o ser monstruoso que encanta, divierte y aleja de la evolución. Con ese axioma, será fácil aventurarse en la patraña histórica con furia rauda.

Meses atrás se publicó en español Una breve historia de la misoginia, de Jack Holland (1947-2004) cronista político –indiscutido referente para conocer la situación de Irlanda del Norte–, narrador y poeta. Trabajó dos años en su breviario (“cuando los hombres se enteraban sobre el libro que estaba escribiendo me hacían un gesto de cabeza y un guiño, por el supuesto tácito de que me había dedicado a justificarla”), y murió en un hospital de Manhattan corrigiendo el manuscrito junto a su hija Jenny, prologuista y artífice de la edición del libro. Recuerda Jenny: “Mi padre adoraba la historia y adoraba a las mujeres. Estos son los dos factores que lo llevaron al tema de la misoginia, considerablemente diferente de las cuestiones políticas del norte de Irlanda a las que dedicó toda su carrera. A medida que escribía se iba quedando atónito ante la asombrosa lista de crímenes cometidos contra las mujeres por sus esposos, padres, vecinos y gobernantes (...) ¿Cómo se explican la opresión y la brutalidad contra la mitad de la población mundial por parte de la otra mitad, a lo largo de toda la historia?”.

Jack Holland se crió en Belfast y desde chico supo que en su barrio (después supo que en cualquier otro barrio, también) la palabra concha expresaba la peor clase de desprecio que una persona podía sentir por otra, recuerda Holland: “Si aborrecías a alguien, con llamarlo conchudo estaba todo dicho”.

ODIO ANTES DE CRISTO

El rastreo histórico de Holland empieza en algún momento del siglo VIII a. C. ¿Quién acunó al prejuicio? ¿La Grecia de Pandora? ¿El Génesis y su Eva? Las míticas chicas comparten el protagonismo, son el blanco móvil de todos los males, las responsables de todo el sufrimiento humano. Sí, la culpable de todo es Eva o Pandora o como quieran llamarla, qué importa el nombre si es mujer. La idea tardía de la creación, el bello mal, la letal raza femenina trajo todos los males, acarreó muerte, pecado y sufrimiento. Está dicho, los efectos malignos de la caída de la gracia los produjo la mujer.

Sigamos recorriendo las zonas del desastre, la emergencia de la misoginia en la Grecia del siglo VIII a. C. se produjo precisamente cuando declinaba la influencia de las dinastías basadas en familias; el poder pasó al cuerpo político de la ciudad-Estado. En aquellos días las mujeres romanas eran la pesadilla de los varones griegos porque desafiaban el dictado misógino que sentenció Pericles: “Una buena mujer es aquella de la que no se habla ni siquiera para elogiarla”, mientras las mujeres griegas caían en el olvido y eran mujeres sin nombre, las romanas sólo exhibían el suyo: Mesalina, sinónimo de sexualidad; Agripina, la de la ambición implacable, o Sempronia, la intelectual que aprendió a conspirar. Entonces... ¿se podía ser mujer en Roma? Sí, siempre y cuando esa mujer haya sobrevivido al infanticidio femenino o no se haya casado. Egnatius Metellus una vez llegó a su casa y como encontró a su mujer tomando vino la mató a golpes con una maza, escribió V. Máximo y agregó: “No sólo nadie lo acusó de haber cometido un crimen sino que nadie lo culpó. Todos consideraron que era un ejemplo excelente”. Parece que los romanos heredaron la preocupación griega por la virtud femenina y la vincularon con el honor de la familia y el bien del Estado.

Ya entonces la misoginia estaba basada en el temor de lo que podrían hacer las mujeres si fueran libres. “Que la raza femenina no desarrolle su razón, porque eso sería una cosa terrible” (Demócrito).

ODIO A LA ROMANA

A medida que el Imperio Romano prosperaba primero y declinaba después, la búsqueda de sensaciones fue volviéndose cada vez más la clave de la imaginación romana y de sus manifestaciones más misóginas. Los combates de gladiadores en el Coliseo fueron un elemento central de esa búsqueda en la que ocasionalmente también participaban las mujeres. Amazonia y Aquilia luchaban sin cascos porque los espectadores querían verles la cara: “¿Cómo puede ser decente una mujer que se pone casco en la cabeza, negando el sexo con el cual nació?” (Sexta sátira, Juvenal).

En un costado de ese mismo Coliseo se levanta una cruz negra que recuerda a todos los mártires que murieron allí y que fueron en su mayoría mujeres atrapadas entre el poder y la complejidad misógina del cristianismo.

En 412 d.C. Cirilo, obispo de Alejandría y más tarde canonizado santo, arengó en el estertor de uno de sus sermones a una turba excitada para que atacara la academia de Hipatia, acusada de artes satánicas. (Hipatia era hija del matemático Teón y daba clases de música, filosofía y astronomía.) “La sacaron de su academia, la arrastraron hasta la iglesia Cesarión, allí la desnudaron y, sujetándola, la desollaron viva. Después entregaron sus estremecidos miembros a las llamas.”

Los cristianos habían pasado rápidamente de mártires a inquisidores. En los siglos siguientes el perfume del incienso eclesiástico empezaba a mezclarse con el olor de la carne de una mujer quemada. Para los inquisidores la explicación era sencilla: toda brujería nacía de la lujuria carnal, lujuria que en las mujeres era insaciable porque la boca del útero nunca logra satisfacerse. A lo largo de los años fueron quemadas vivas con mordazas de hierro y púas en la boca. Se pregunta Holland: “¿Cómo fue posible que las mujeres fuesen demonizadas durante años en una sociedad en la que el conocimiento y las artes estaban en los más fructíferos de los períodos y en la cual las revoluciones científicas, filosóficas y sociales de Europa no tardarían en trasformar para siempre la forma en la que la gente se veía a sí misma y al mundo?”

LA PALABRA JUSTA

Un prejuicio sobrevive en el tiempo mucho antes de tener nombre. Cuando se inventó la rueda la misoginia ya estaba dando cuatro vueltas en el aire. Pero la palabra apareció por primera vez en el Oxford English Dictionary en 1656 y se la definía como odio o desprecio hacia las mujeres. Misógino ya había aparecido en 1630 en un folleto titulado Swetman arraigned como respuesta a un texto escrito por Swetman en el que las atacaba y despreciaba.

La literatura, siempre considerada, nos muestra que la misoginia, el prejuicio más antiguo del mundo, nunca pasó de moda. Allí está siempre presente y actualizado en un texto de meloso elogio escrito por Clement Marot (1496-1544):

Bolita de marfil
en medio de la cual se encuentra
una fresa o una cereza,
cuando alguien te ve muchos hombres sienten
en sus manos el deseo de tocarte y sostenerte.
el mismo poeta que también escribió:
Seno que no es más que piel,
seno fláccido, como un pendón,
como un embutido,
seno con un feo labio grande y negro,
seno adecuado para amamantar
a los hijos de Lucifer en el infierno

Otros ataques como parte de una convención retórica fundados en gastados clichés perduraron como tradición literaria a lo largo de todo el siglo XVIII:

“¡Oh, rostro más vil! Y, sin embargo, me cuesta cuarenta libras al año de mercurio y huesos de cerdo. Todos sus dientes se hicieron en Blackfriars, sus dos cejas en el Strand y su pelo en Silverstreet. Cada rincón de la ciudad posee una parte de ella... Se desarma toda cuando se va a acostar, en unas veinte cajas, y alrededor del mediodía se vuelve a armar, como un gran reloj alemán.”
(fragmento en el que el capitán Otter describe a su esposa, Ben Jonson, Obras, Volumen I.)

Los ejemplos de misoginia cruzan trópicos y siglos pero la historia siempre se encargó de mostrarlo como un prejuicio demasiado obvio para reparar en él. Qué conveniente y qué cómodo. En distintas civilizaciones, en diferentes épocas, el registro histórico es muy claro: se considera algo perfectamente normal que los hombres condenasen a las mujeres o que expresasen su disgusto hacia ellas por el simple hecho de que eran mujeres.

Y EL ODIO CONTINUA

“Mientras se esperaba que las mujeres victorianas se mantuvieran por encima de ciertos aspectos de la naturaleza, se contaba también con que se sometiesen a la naturaleza de maneras que consideraban parte esencial del destino femenino. Una de ellas eran los dolores de parto. Desde hace mucho tiempo, los cristianos predicaban que ese sufrimiento era el castigo impuesto sobre todas las mujeres debido al pecado de Eva. Doscientos cincuenta años antes, durante el reinado de Jacobo VI (1566-1625), una tal Euphanie McCalyane, incapaz de tolerar los dolores del parto, le pidió a una partera, Agnes Simpson, que le diese algo para aliviar su sufrimiento. El rey se enfureció y mandó que se la quemase viva.”

Obviamente el pasado no monopolizó horrores ni torturas hacia las mujeres ni mucho menos, basta con recordar los abusos sexuales y el trato a las embarazadas, el robo de bebés nacidos en cautiverio durante la dictadura militar y el tiempo que se ha tardado para que estos crímenes, concretamente el de la violencia de género, fueran considerados de lesa humanidad. En los comienzos del siglo XXI, una de las desertoras de las prisiones de Corea del Norte, Sun-ok Lee, actual investigadora en economía, contó en su libro Los ojos brillantes de las bestias sin cola, que estuvo detenida en Kaechon, donde el 80 por ciento de las prisioneras eran amas de casa. Cuenta Sun-ok que compartía una celda de 5,8 metros de largo por 4,9 de ancho con otras noventa mujeres, que dormían en el piso, que se les permitía bañarse dos veces por año y podían ir al baño sólo dos veces por día en horarios establecidos y en grupos de diez. Escribe Lee: “Dos mujeres caminaban hundidas hasta las rodillas en el fondo de la fosa séptica para llenar de excrementos una cubeta de hule de 20 litros, sin otra herramienta que sus manos desnudas. Otras tres mujeres jalan la cubeta de hule desde arriba y vierten su contenido en un tanque de transporte”.

Escribe Holland: “En noviembre de 2003 Gary Leon Ridgway (el asesino del Río Verde), es declarado culpable frente a un tribunal de Seattle por haber matado a 48 mujeres –posteriormente confesó haber matado a 71–. Ridgway es considerado uno de los asesinos en serie más prolíficos en la historia criminal de los Estados Unidos. Si las víctimas de esa turbulencia asesina hubieran sido judíos o negros se hablaría de cuestiones raciales, filosóficas, en cambio cuando se trata de un Ridgway o de un Jack el Destripador se espera que las explique un psiquiatra”.

Mientras las religiones, la filosofía y el psicoanálisis mostraban desprecio por las mujeres, la historia nos iba enseñando que podíamos entender la indestructibilidad de la misoginia a través de cuatro palabras clave: generalizada, persistente, perniciosa y cambiante.

Para los misóginos las mujeres son el “otro” originario, el “no tú”, de modo que no hace falta viajar mucho para saber qué es la misoginia, basta con quedarse en la puerta de una escuela a la hora de la salida, mirar un programa político por televisión, hablar con un médico, con un jefe o con una jefa.

Mientras busca petróleo Occidente se persigna porque en el camino se encuentra con una de las piedras que mató a una mujer y vuelve a persignarse con una gran cruz en el cuello mientras canta un rap en el que las mujeres son todas putas o estúpidas pero tan bellas que sólo dan ganas de violarlas.

El breviario de Holland –apenas un intento de divulgación del prejuicio– abre el juego para pensar en la misoginia más allá de las clasificaciones temporales y geográficas. Allí están las mujeres recluidas en las tribus de las montañas de Nueva Guinea, en el Amazonas o detrás de un velo, obligadas a la clitoridectomía, asesinadas por dejar de amar a un hombre o mutiladas por no querer seguir cocinando. Días atrás el Tribunal Federal Supremo de los Emiratos Arabes Unidos ha sentenciado que un hombre tiene el derecho de castigar a su esposa y niños con la condición de que no deje señales físicas. No nos quejemos por los golpes, parecemos nenas...

La sed misógina está siempre esperando su ambrosía. Se la detectaba en el Imperio Romano, en las matanzas de Ruanda y en medio de la ciudad cuando acalorados señoras y señores dicen yegua en lugar de Cristina Fernández.

Todo está frente a nuestras narices, sólo habrá que componer una taxonomía misógina y develar el mayor enigma al que se asomaron sin éxito vieneses y austrohúngaros (Wittgenstein y Otto Weininger, autor de Sexo y Carácter, un hit de la misoginia de entre dos siglos, entre otros).

Una creciente admiración por la construcción del sexo épico –con sus menstruales proezas– nos obligaron en días pasados, cuyo único tema fue la minería, a pensar en que apaciblemente despóticos y misóginos nos vuelve la contumacia de la Madre Tierra, tal vez una consulta geológica revelaría la supervivencia animal de especies sexualmente analfabetas. ¿Es el sexo la gramática superior de la especie? Mientras pensaba en una respuesta recordé un verso de “Desnudo en barro” de César Vallejo: “La tumba es todavía un sexo de mujer que atrae al hombre”.


https://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/las12/13-6058-2010-10-24.html
Leer más...

martes, 27 de junio de 2017

República Dominicana : los derechos de las mujeres en riesgo


 Dominicana : Protestas en el Congreso contra el Código Penal

 Diversas organizaciones de mujeres a nivel nacional protestaron frente  al Congreso en demanda de aprobar excepciones para la despenalización del aborto cuando la vida de la mujer corre peligro, por violación sexual o incesto o por malformación incompatible con la vida.

“De mantener el nuevo Código Penal la penalización del aborto en toda circunstancia como el de 1884, regirá para la sociedad que no existe criminalizando a las más pobres en el país con uno de los índices más altos de feminización de la pobreza (134 en contraste con el promedio regional 117)”, señalaron.


Exigieron a diputados y diputadas asumir la responsabilidad de respetar los derechos a la vida, la salud, la integridad, y la dignidad de las mujeres, sin ningún tipo de discriminación, como lo establece la Constitución y las convenciones internacionales de derechos humanos ratificadas por el Estado.

“De aprobarse el Código Penal sin las causales señaladas se continuaría impunemente apoyando los feminicidios institucionalizados desde el Estado manteniendo los altos índices de mortalidad materna en los que se encuentra el país, en vergonzosa posición en comparación con los de la región latinoamericana” afirmaron.

Concluyeron expresando que la penalización absoluta del aborto constituye una expresión de violencia institucional y estructural contra las mujeres y las niñas al criminalizarlas por salvar sus vidas cuando el embarazo las ponga en peligro, por no aceptar la imposición de un embarazo no deseado producto de una violación sexual o incesto y por malformación fetal incompatible con la vida.

13 de junio de 2016

http://hoy.com.do/feministas-protestan-en-el-congreso-contra-el-codigo-penal/
Leer más...

lunes, 26 de junio de 2017

Feminicidio, diálogo entre género y psicoanálisis


La expresión más extrema de la violencia machista pone en evidencia que los dispositivos patriarcales requieren respuestas complejas, desde múltiples disciplinas hasta recursos materiales y simbólicos para la apremiante transformación social y subjetiva.


El concepto de feminicidio nos convoca y nos interpela a quienes venimos del campo del psicoanálisis, porque sigue siendo necesario que también desde nuestra disciplina como psicoanalistas demos respuesta a esta lacra humana que se cobra cientos de vidas de mujeres al año en nuestro país. He de proponer una articulación entre las teorías de los Estudios de Género y algunas hipótesis psicoanalíticas, en el intento de iluminar facetas que aporten al análisis de este problema.

Tratamos de entrecruzar los conocimientos que provienen del campo psicoanalítico con los estudios de las llamadas ciencias sociales (una y otra vez invocamos conocimientos proporcionados por la sociología, la antropología, la historia, la psicología social, etc.), lo cual hace difícil la delimitación o el “control de las fronteras”. Con ello, consideramos que no sólo enriquecemos la perspectiva, sino que, además, colocamos el campo de estudios del psicoanálisis en un punto de encrucijada, expresada hoy en día en el quehacer científico con el término de interdisciplinariedad. Sin embargo, estos criterios han sido a menudo denunciados como si se trataran de “cuestiones extraterritoriales”, especialmente desde aquellas modalidades psicoanalíticas que proclaman una estricta preservación de sus fronteras, con el riesgo consecuente de auto-fagocitarse si es que no se nutren de conocimientos provenientes de otras disciplinas.

Los nuevos criterios para reformular los modelos psicoanalíticos clásicos incluyen, en primer lugar la noción de complejidad: flexibilidad para utilizar pensamientos complejos, tolerantes de las contradicciones, capaces de mantener la tensión entre aspectos antagónicos de lo que observamos, y de abordar, también con recursos complejos, a veces conflictivos entre sí, los problemas que resultan de ese modo de pensar.

Este planteo ofrece una modalidad de intercambio entre los Estudios de Género y los conocimientos psicoanalíticos al estilo de un diálogo, como una conversación entre disciplinas, tal como lo propone la psicoanalista Jane Flax, con la aspiración del enriquecimiento mutuo y sin la pretensión de arribar a conclusiones cerradas ni definitivas.

Los Estudios de Género nos han suministrado conocimientos acerca del modo en que la cultura patriarcal ha impactado en la construcción de la subjetividad de los varones, proporcionando determinados estereotipos de género masculinos transmitidos desde los primeros tiempos de su formación como sujeto. La incorporación de ideales masculinos para “ser todo un hombre” sobre la base de poseer determinados atributos, tales como la fuerza, la valentía, y otros, han sido descriptos por el filósofo Victor Seidler como rasgos propios de la masculinidad en occidente a partir de la Revolución Industrial. Junto con la división sexual del trabajo, se produjo la separación de dos áreas de poder para varones y mujeres: para ellos el poder racional y el poder económico –adquiridos en el ámbito público– y para ellas el poder de los afectos, desplegados especialmente en el ámbito familiar y doméstico. Estos ideales sociales siguen operando con singular eficacia en la construcción de las subjetividades, de modo que cuando los sujetos fracasan en lograrlos, se produce un colapso narcisístico difícil de sobrellevar. El sociólogo Pierre Bourdieu interpreta al ejercicio del poder masculino en nuestra cultura patriarcal bajo el formato de lo que ha denominado “la dominación masculina”. Los modos de ejercicio de poder masculino son variados y se pueden expresar en distintas versiones, pero cuando analizamos el feminicidio entendemos que la finalidad última es mantener su posición de dominio y autoridad en relación con una mujer –pueden ser varias mujeres, tales como ocurrió en el caso del odontólogo Barreda quien mató a su esposa, su suegra y sus dos hijas– ante el sentimiento de humillación y/o desconocimiento de sus atributos de dominio y autoridad por parte de la mujer a la que mata. La/las mujeres son objetalizadas, condenadas a la nada por parte de quien trata de mantener una posición de sujeto dominante, una posición que se ve amenazada por el agravio de quien no lo reconoce como tal.

Sin embargo, el feminicidio no siempre se da dentro de un vínculo de intimidad, como parte de un tipo de relación donde existiría un pacto o alianza inconciente previa de reconocimiento mutuo, sino que a menudo se da cuando una mujer es considerada como objeto sexual, y su asesinato se produce en el contexto de una violación o de alguna otra forma de abuso. En estos casos de lo que se trata es de eliminar lo humano de la otra, desubjetivizándola y simultáneamente desubjetivizándose, esto es, siendo él mismo un objeto para su desborde pulsional. Una paciente relata en su sesión: “(…) Cuando mi yerno perdió su trabajo estuvo cada vez peor, se deprimió y no había tratamiento que lo sacara adelante, tomaba mucho alcohol (…), con lo que ganaba mi hija no alcanzaba, discutían todo el tiempo, él le exigía que ganara más ya que él no podía, y ella no quería porque también quería estar con los chicos, que eran chiquitos todavía (…) esa noche mi yerno mató a mi hija con un revólver que tenía en casa y después se mató él (…) los chicos eran chiquitos, se quedaron muy mal, la nena volvió a mojar la cama, tenía pesadillas y se despertaba a la noche gritando, el nene no quería ir al jardín de infantes y estuvo un tiempo mudo, sin hablar nada (…) yo estaba destrozada, pero tuve que hacerme cargo de ellos. Todos quedamos destrozados (…) Ya pasaron diez años y yo sigo con insomnio desde ese momento (…)”. Este es un modo de expresión de la crueldad patriarcal: impotencia-prepotencia, muerte, destrozamiento subjetivo, marcas traumáticas desgarradoras sobre quienes padecen los resultados del feminicidio.

En este punto quiero recordar un movimiento pulsional-deseante, planteado por la teoría freudiana, en particular referido a la pulsión de dominio en sus tres versiones posibles: dominar-dominarse-ser dominado, o sea, en sus versiones activa, reflexiva y pasiva. Cuando se trata del desborde de la pulsión de dominio, consideramos la versión activa de esta pulsión, la de dominar, y el fracaso concomitante de sus otras versiones: dominarse y ser dominado. El agravio supuesto al ideal de masculinidad sólo tiene una respuesta posible: la expresión irrestricta de la acción de dominar a quien promovería el agravio, sin que se produzca la así llamada renuncia pulsional, tal como lo planteó S. Freud en El malestar en la cultura cuando propuso que para formar parte de una comunidad es necesaria la aceptación de algunas restricciones, entre las cuales se encuentran ciertas renuncias pulsionales. La víctima de quien queda desubjetivizado, a merced de su impulsividad pulsional, deja de ser una semejante, pasa a ser otra radical, irrepresentable en su otredad.

Aquí podríamos hacer algunos comentarios acerca de algunos modelos psicoanalíticos que enfatizaron más el valor de la diferencia que el de la semejanza, tal como lo plantea J. Benjamin al analizar los criterios del desarrollo infantil edípico y pre-edípico. Cuando se pone el acento en las hipótesis psicoanalíticas sobre la significación otorgada a la diferenciación en el curso del desarrollo humano como si fuera más significativa que la comprensión de la igualdad, nos encontramos con el problema de cómo tender un puente entre los aparentes opuestos, asimilar la diferencia sin repudiar la semejanza. Tanto esta autora como la psicoanalista Nancy Chodorow señalan la insistencia de los hombres en sobrevalorar la diferenciación debido al esfuerzo que éstos tienen que hacer para separarse-desidentificarse de la madre en pos de la resolución del conflicto edípico. Esta lógica binaria “o/o” impone una división entre los géneros a la hora de construir identidades genéricas diferenciadas y opuestas, en lugar de proponer una relación de tensión y de conflicto. Las teorías de construcción de los géneros han revisado esta propuesta psicoanalítica clásica, basada en un modelo masculino patriarcal de suponer el desarrollo del infante humano. Los Estudios de Género, desde una perspectiva feminista, prefieren una noción de diferencias múltiples e identificaciones inestables para construir la así llamada identidad de género, incluyendo lo que J. Benjamin denomina “identificación con la diferencia”.

El flagelo del feminicidio pone en evidencia que estos dispositivos patriarcales –incluyendo su abordaje desde las teorías y las prácticas psicoanalíticas– requieren respuestas complejas, desde múltiples disciplinas, así como contar con recursos materiales y simbólicos para la transformación social y subjetiva urgentes, apremiantes, impostergables. Quienes operamos en el campo del psicoanálisis podemos contribuir con nuestras teorías y nuestras prácticas para diseñar nuevos recursos simbólicos, disponiendo una escucha –tal como expresaría la psicoanalista francesa Luce Irigaray “¿cuál es la redondez de nuestra oreja para escuchar lo distinto?”– para la variabilidad y multiplicidad en la construcción subjetiva de quienes recurren a nosotros, poniendo en suspenso los estereotipos de género tradicionales y dando lugar a nuevos recursos de interpretación.

Mabel Burin    Doctora en psicología, directora del Programa de Género y Subjetividad de la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales (UCES), Buenos Aires.

https://www.pagina12.com.ar/diario/psicologia/9-313872-2016-11-10.html
Leer más...

sábado, 24 de junio de 2017

Amelia Varcárcel: mujeres en las artes

 

El menosprecio y olvido de las mujeres en el mundo del arte es reflexionado por Amelia Valcárcel y Bernaldo de Quirós (Madrid, 16 de noviembre de 1950)  esta gran filósofa aportándonos ideas claras que lo explican.  


Leer más...

jueves, 22 de junio de 2017

Marcela Largarde : El feminismo es algo rotundo en mi vida

Marcela Lagarde y de los Ríos en entrevista con Cimacnoticias en su casa. CIMACFoto: César Martínez López.

Si hay una teórica feminista en Iberoamérica que ha dado luz para explicar el mundo patriarcal, para darle nombre a todos aquellos cautiverios de las mujeres que mantienen su opresión y a la vez,  las claves para salir de ellos, es la antropóloga feminista Marcela Lagarde y de los Ríos.

Sus libros han sido publicados mucho más en España que en México. Los cautiverios de las mujeres, su tesis doctoral, es un parteaguas en el pensamiento modernos feminista mexicano e iberoamericano.

Como buena marxista es dialéctica, se mueve en la teoría y la práctica. Ella va del artículo a la conferencia,  de la cátedra a la Cámara de Diputados para construir una ley que no combate nada, que no va en contra de nadie, sino que está a favor de la vida y la libertad de las mujeres: la Ley General de Acceso para las Mujeres a una vida libre de violencia, creada en la LIX legislatura.

Marcela Largarde, una mexicana que fruta vendía y la puedes encontrar lo mismo en una manifestación que en la Constituyente de la Ciudad de México para garantizar los derechos humanos de las mujeres, pues como lo dijo en su presentación como candidata externa del PRD a la Asamblea Constituyente, su objetivo es lograr que el primer artículo de la constituyente inicie reconociendo que todos las personas son libres e iguales.

Se podría decir que su destino estaba escrito, pues nació en el año de la Declaración de Derechos Humanos y cuando el Segundo Sexo, de Simone de Beauvoir, fue publicado en 1948, pero nada de su reflexión teórica es azarosa, mucho menos su feminismo.
Lagarde es producto de su historia y sobre todo de su educación, una educación que, ella define, sirve para que las personas se expandan.



La conversación la hacemos en su casa, rodeada de sus muñecas, sus plantas y su vitrina con representaciones femeninas de todos los lugares a los que ha ido a compartir sus reflexiones feministas. No es una charla fácil, el principal obstáculo es retomar el hilo de la conversación tras cada llamada que recibe, pues está en plena campaña para formar la Constituyente. Hoy es la Presidenta de la Comisión de Carta de Derechos en la Constituyente.

Lucía Lagunes Huerta (LLH):- ¿Qué es el feminismo en la vida de Marcela Lagarde?

Marcela Lagarde y de los Ríos (MLR): Cuando me dijiste de qué se trataba la entrevista te iba a decir: recientemente, hace dos años, publiqué un libro que se llama el Feminismo en mi Vida, Hitos, Claves y Topias. Recién se dio a conocer en las redes, me escribió Diana Mafia, la filósofa argentina que es mi cuata, y me dijo ¡qué bueno! por fin me voy a enterar de tus cuitas, de tus cosas. Sí le dije, es un libro sobre mí, de lo que yo escogí de mí,  no cuento nada personal.

Es un libro, explica Marcela, que reúne textos escritos a lo largo de 40 años de mi vida. Si los lees cronológicamente, tiene que ver con lo que estábamos viviendo, los movimientos feministas en los que yo participé y para los cuales les escribí. Yo siempre he escrito para el feminismo. Para mí, el feminismo pasa por muchas cosas, primero por la experiencia personal, que es lo rotundo en mi vida.

DE LA ENEMISTAD, A LA SORORIDAD

LLH: En qué momento decides escribir el libro
MLR: Algunas compañeras me habían pedido publicar lo que he escrito hace 3, 15 ó  20 años, textos escritos para revistas y periódicos. Fueron textos sugeridos y otros que consideré importantes, y que son mi reacción ante experiencias vividas y ante ese universo en el que me muevo, que es la República Feminista. El más antiguo es un texto sobre enemistad entre mujeres, se llama Enemistad y sororidad. Yo primero identifiqué la enemistad, y al estar enfrentándola, como yo escribo, escribí sobre el tema.

Al escribir sobre la enemistad, lo que me salía era la posibilidad de una solidaridad política entre mujeres, a eso le llamé sororidad, lo busqué y lo encontré. Años antes, en algún un texto de una “gringa” (que perdí) ella siempre firmaba “Sister How”, cómo se hará, cómo  se come, y en el cómo se come lo fui delineando y lo fui definiendo.

En el libro hay varios textos sobre el tema de épocas diferentes. Yo  evolucioné mucho internamente, descubrí que las mujeres teníamos que pactar, pero eso lo descubrí 10 años después. ¿Por qué pacto? pues, porque somos mujeres que hacemos política para cambiar el mundo y también para preservar lo que han logrado otras y otros que nos favorecen o nos importa.

Digo, y lo digo de corazón, que hay libros que salvan una vida. Para mí, recoger todo eso que he vivido y que he escrito, fue mi salvación, porque me nutrí de mí misma, me emocioné de lo que había escrito.

LLH: ¿Es tu mirada intelectual?
MLR: Es muy intelectual el libro, porque yo soy intelectual, soy una científica y me dedico a la epistemología feminista dura y pura, lo traduzco en el análisis político, pero tiene mucho de afectividad,  porque soy una persona con muchos afectos implicados en todo lo que hago y vivo.

Este libro tiene un poco de coyuntura, que yo aprovechaba para reflexionar teórica y políticamente.  Escribí ese artículo sobre enemistad y sororidad, en alguna contrariedad en el movimiento feminista, explicando por qué la enemistad entre mujeres, cómo estamos colocadas para enfrentarla, qué daño nos hace a las mujeres, y cómo tendríamos que buscar  en tradiciones que nos pertenecen, otras formas, por ejemplo la amistad, que es una relación moderna de las mujeres. La amistad me ayuda en un sentido, porque hay acercamiento, apoyo, pero no me ayuda por complacencia.

LLH: Pero porque ese es el concepto de amistad que tenemos…
MLR: Sí, todo son conceptos, nadie vive sin conceptos, y yo estaba tratando de dotar de otra cosa. Me inspiré en todos los apoyos que he leído en la historia y que implican a las mujeres, entre mujeres, incluso en el error.

Como hacemos en el feminismo, relata Marcela, tomé de unas experiencias unas cosas y de otra, otras cosas. Ahí me planteé algo utópico, por eso el libro se llama Hitos, Claves y Topias. Porque lo utópico es lo que no existe, está solo en la imaginación lo que nos permite vivir, pero lo que necesitamos vivir cotidianamente es la topia y esa es la sororidad.

No es suficiente tener relaciones positivas  -continúa- es necesario potenciar eso políticamente en el universo en el que actuamos, por eso se requiere pactar, nombrar las cosas, por eso la sororidad no es solo entre tú y yo, sino una experiencia filosófico-política a la que podemos acceder todas. Se vuelve un patrimonio del feminismo. Recuerda Marcela: Con las italianas descubrí el affidamento, me quedé con la pasión política del affidamento y con el reconocimiento de la autoridad de las  mujeres, que son dos claves fundamentales, pero no con la fe de affidarse. Porque nos convocan otra vez a la fe, de lo cual también he escrito, porque tenemos que tener fe las mujeres, son dogmas que no logras a ver.

CAMINO AL FEMINISMO

LLH: Cómo llegas al Partido Comunista
MLR: Eso fue maravilloso, después (del movimiento estudiantil) del  68. Estaba en primero de antropología, participe en todas las manifestaciones, hice todos los volantes del mundo, repartí, hice trabajo obrero. En esa época México era un país gris, terrible, monopartidista, el Estado estaba copado por el PRI (Partido Revolucionario Institucional), había presos políticos, toda la filiación del movimiento del 68 era una filiación histórica que aprendimos del movimiento magisterial, del movimiento ferrocarrilero, del movimiento médico. Y hacíamos nuestra historia, no teníamos historia para transformar el país democráticamente, nosotros nos planteábamos cambios democráticos, no armados, en la época en que gran parte de América Latina se planteaba la lucha armada.

El movimiento estudiantil tenía la consigna por las libertades democráticas, yo he sido demócrata toda la vida, pero al mismo tiempo libertaria, me identificaba con el comunismo, creyendo que era con la tradición que venía de Marx. Llegue al comunismo porque era una estudiante de antropología y me invitó uno de mis maestros, Andrés Medina.

LLH: ¿Y al feminismo, Marcela?
MLR: Al Feminismo ahí mismo, teóricamente todo iba a ser la emancipación integral de todo, y las cosas que yo reconocía como desigualdades, que hoy llamamos de género, se iban a resolver con la revolución. Era muy contradictoria, participaba de ideas democráticas, pero también de ideas revolucionarias.

LLH: ¿Recuerdas tu primer acercamiento teórico al feminismo, tu primer libro?
MLR: Sí, Alejandra Kollontai, me tocó exponerla en un grupo que hicimos de autoestudio en el Partido Comunista, porque resulta que habían muchas mujeres identificadas, sensibles o con esas ideas. Entonces formamos un grupo, nos veían entrar y no daban crédito: primero éramos 10, luego 40, 70, éramos un éxito rotundo, era el año 1974.

Era un grupo de estudio autodidacta, porque no pertenecíamos a los pequeños grupos del movimiento feministas. Entonces, ¿quién nos iba a enseñar?, pues los clásicos: qué dice (Carlos) Marx sobre las mujeres, qué dice (Federico) Engels, qué dice (Max) Weber. Esa triada fue clave, hasta que un día pregunté ¿qué no hay mujeres? y alguien dijo claro que sí, está Clara Zetkin, Rosa Luxemburgo. Me puse a leerlas, las clásicas  me convirtieron.



LLH: ¿Qué es el feminismo en tú vida, cómo te transforma?
MLR: El feminismo continúa, como una concepción filosófico política que se engancha muy bien con una parte de mi identidad y de mi condición de género. Soy de la primera o segunda generación en que hubo mujeres en las universidades en México, eso cambió este país, nuestras familias y lo que podíamos ser cada quién. Fui educada como moderna, mí educación ni siquiera se discutía, se sabía que yo iba estudiar en la universidad, y si podía, me iría becada al extranjero, ese era mi paquete de vida. Se lo debo a mis padres, pero también se lo debo al petróleo, al desarrollo que hubo en México en esos años. Se juntó toda la modernidad, la modernización del país y la modernización familiar.

LLH: Háblame de tu familia
MLR: Soy hija de un profesionista liberal, médico, bohemio, izquierdoso que veía a sus hijas como esas mujeres universitarias libres. La libertad me la enseñó mi papá. Mi mamá era ama de casa tradicional, haciendo familia, cuidándonos a todos. Ha sido el pilar absoluto.

A la que yo veía como mujer, en frente, era a mi mamá, entonces yo soy… como digo (sonríe) y lo he hecho categoría, soy una sincrética: por un lado muy moderna, muy libertaria, muy educada, muy universitaria y por el otro lado muy de familia, muy casera. Fui educada con esas dos fórmulas de género al mismo tiempo, mis conflictos en la vida se debe a ese choque de dos estereotipos y construcciones de género antagónicos, los vivimos todas como conflictos personales, pero como antropóloga los analizo.

El feminismo lo que me dio, fue (medita) la certeza que en mi análisis y mis sentimientos profundos tenía la razón y luego lo hice teoría, lo que yo he visto, he vivido y luego he investigado, lo convertí en una teoría política de la opresión de las mujeres.

LLH: ¿Cómo surge Cautiverios?
MLR: Porque un día de veras me convertí al feminismo, de un día al otro, entendí todo, ya lo demás ha sido extras, pero de repente tuve el paradigma, la visión del mundo desde el feminismo, lo primero que hice fue ir a cambiar mi tema de tesis a Las mujeres en la formación social mexicana, porque el otro era Los pueblos indígenas en la población social mexicana. Me dijeron “vamos a ver si lo acepta el consejo técnico”.

En ese trabajo, me faltaban categorías, pero no sabía otras, estudié a todas las clásicas, todas mis fuentes marxistas, la primera parte de los cautiverios es una teoría política. Me pusieron un jurado en el doctorado, para ver si eso que yo quería hacer era antropología, porque “cómo que estudiar a las mujeres iba a ser antropología”. Y gracias a eso yo escribí la mitad de los cautiverios.

Esa tesis me llevó 6 años de investigación empírica, estudiando a las madres-esposas en casas como estas,  pero en jacales, en chozas, en todas las clases sociales,  lo que hice fue crear categorías de género, lo que hoy se llama muy elegantes interseccional, la condición étnica, de edad, de clase, todas las categorías articuladas por el género y eso es lo que dio como resultado las categorías como madre-esposas.

MADRE-ESPOSA

LLH: ¿A qué te gustaba jugar de niña, Marcela?
MLR: A las muñecas, siempre he tenido muñecas y al lugar donde voy si hay artesanías, compro representaciones simbólicas de las mujeres. Jugaba a las muñecas, a la comidita, tenía mis aros de bordar. Compraba en el mercado telas que tenían pintadas flores, las bordaba y las vendía a mis hermanos.


LLH: ¿Cuántos hermanos son?
MLR: Fuimos cuatro, mi hermana mayor murió muy joven, a los 45 años, bueno, ni modo… nunca he dejado de extrañarla… tal vez por eso soy feminista.

LLH: ¿Tenías algún cuento en especial de niña?
MLR: Desde luego, yo tengo una historia literaria muy bonita. En una pesadilla como a las 4 de la mañana, tenía 7 años, me desperté muy contrariada por la pesadilla, vino mi mamá a tranquilizarme, me prendió la luz y me dijo: “lee esto porque va a tranquilizarte”, y leí un librito maravilloso de ciencia ficción del siglo XIX sobre un viaje submarino en que te describen todas los niveles del mar, la flora y la fauna, es una aventura de unos buzos de esa época. Ese fue mi primer libro leído, no para niños, una novela de verdad.

Leí a Ana Frank a los 10 años y me marcó profundamente. Ese libro me ha acompañado mucho en la vida, porque me identificaba con esa niña solitaria, ya que era una niña muy solitaria, muy hermética y muy silenciosa, de muy pocas palabras, no hablaba, leía mucho, todo el tiempo estaba leyendo. Creo que lo que más he hecho en mi vida es leer, lo otro segundo escribir y lo otro cuidar.

LLH: Eres mamá y abuela, ¿qué ha significado?
MLR: Mi nieto alguna vez llegó aquí, se quedó viendo mis muñecas y me dijo, para que veas que significa, “abuela, por qué juegas a las muñecas si ya eres grande?”. Mira qué sabio eres, le dije.

Es una parte de mi infancia, es jugar a las muñecas a la manera que lo puedo hacer ahora, poniéndolas en mi sala. Ser mamá ha sido la pasión de mi vida, ahí sí junto todo, ahí no me siento partida de nada, soy la que soy y estoy en eso, plenamente. Además, tengo una hija que es un sol,  una mujer maravillosa y ha sido una persona maravillosa toda su vida.

LLH: Decidiste sólo una…
MLR: Una, no podía con más. Sí quise tener más, pero luego me arrepentí y dije nunca más si con una es más que suficiente. Después me junté y me casé con Daniel Cazés, que tenía sus dos hijos y éramos una de estas nuevas familias, de estas complicadas y complejas, y más gente era muy difícil.

Y bueno, también ha sido, la casa, el trabajo, la niña… Si lo cuento desde ahí, pues (ha sido) complicado: que es el día de la madre, pero  tienes que presentar un informe en la CEDAW, y no puedes ir. Esa partición, que a veces hemos vivido todas nosotras, también la he descrito y la he analizado, es la vida cotidiana y la maternidad.

La maternidad… nada de que es “dulce y maravilloso” y que se nos da. No se nos da y no sabemos cuidar a nadie y vas aprendiendo como puedes, y mal cuidas y descuidas y haces muchas cosas. Pero sí tengo una conciencia muy fuerte de cómo la vida de las madres y los padres marca tanto a las hijas y los hijos, que lo que hagamos repercutirá en ellos. Es fuertísimo en ellos.

Tal vez esa conciencia no la tuve cuando decidí embarazarme de Valeria, si la hubiera tenido quién sabe… Me faltó edad para decidir madura, yo me casé la primera vez a los 22 años, era muy chiquita, muy grande políticamente, era comunista, era sindicalista, mi vida era muy pletórica y ahí me hice mamá.
Ser madre como feminista conlleva muchas más contradicciones, probablemente, que ser madre tradicional porque embonas en un modelo. En cambio, como feminista lleva muchas contradicciones entre la maternidad y la construcción de una dimensión autónoma de nosotras. ¿De qué autonomía hablamos si somos madres? Es otra autonomía que no es la de los hombres: sí autónoma, pero sí presente, sí autónoma pero sí solidaria, la sororidad en la maternidad. Y también decir, al revés, yo he vivido una filialidad de mi hija muy sórica, esa parte de mi vida es deliciosa.

LLH: ¿Cómo te gustaría que empezara tu biografía?
MLR: Que Marcela es una mexicana que fruta vendía. Un día lo dije así en un curso en España y luego otra vez en Guatemala. A veces me colocan en las biografías como representante del feminismo latinoamericano, pero a mí nadie me ha elegido y los representantes son elegidos.

Otra, cosa que me gustaría es que me tomaran como frase, porque yo voy a la Constituyente para poder escribir en la Constitución: “Todas las personas en la Ciudad de México nacen y viven libres e iguales entre sí”. Eso es lo que quiero para la Constitución, que es el primer Artículo de la Declaración de los Derechos Humanos.

Por: Lucía Lagunes Huerta- Periodista y feminista, directora general de CIMAC.
Cimacnoticias | Ciudad de México.- 31/01/2017

Twitter: @lagunes28

http://www.cimacnoticias.com.mx/noticia/el-feminismo-es-algo-rotundo-en-mi-vida-marcela-lagarde-y-de-los-r-os
Leer más...

miércoles, 21 de junio de 2017

República Dominicana: los derechos de las mujeres cuestionados





El Senado dominicano ha ratificado su postura en contra del aborto con la aprobación de un nuevo Código Penal, el pasado 31 mayo, que prohíbe la interrupción del embarazo en cualquier circunstancia. Así, se imponen penas de hasta tres años de cárcel para las mujeres que se practiquen un aborto y para los profesionales que las ayuden, como médicos, enfermeras, parteros, cirujanos o farmacéuticos, se contemplan hasta 10 años de prisión.





En el artículo 110 del Código Penal se refiere al aborto, y se eliminó un párrafo que mandaba a crear una ley especial.

Ese párrafo expresaba: “La interrupción del embarazo por causa de violación, incesto o por malformaciones del embrión incompatible con la vida clínicamente comprobada, estarán sujetos a los requisitos y protocolos que se establezcan mediante ley especial”.

Se específica que el aborto se castigará con penas de dos a tres años de presión, y se incluye a la mujer que lo cause o a una persona que le ayude.

Del mismo modo al médico, enfermera, partera, cirujano, farmacéutico u otro profesional que ayuden a causar el aborto. La pena sería de cuatro a 10 años.


En el documental En la sombra, médicos, abogados, organizaciones feministas, representantes de la Iglesia católica y evangélica hablan claramente del aborto en la República Dominicana, uno de los 5 países donde la práctica es completamente ilegal. El aborto es un tema tabú en la mayor parte del mundo. Y cuando se combinan religión, sociedad patriarcal, falta de educación sexual y una de las leyes más estrictas en la materia, el resultado es una alta mortalidad materna y un sinfín de mujeres En la sombra. 
A través de la web, enlasombra.org, he lanzado una campaña en la plataforma española de crowdfunding solidario Kukumiku, para intentar llegar a asociaciones feministas, educadores, médicos, etc., sobre todo en poblaciones rurales dominicanas, para que puedan proyectar el documental en charlas, conferencias y ponencias sin coste alguno, ya que En las sombra tiene licencia Creative Commons.

http://www.enlasombra.org/
http://www.enlasombra.org/documental-en-la-sombra/
http://www.elcaribe.com.do/2017/05/31/senado-aprueba-codigo-penal-mantiene-penalizacion-del-aborto
Leer más...

martes, 20 de junio de 2017

Marcela Lagarde - Enemistad y sororidad: Hacia una nueva cultura feminista


El feminismo constituye una cultura que, en su globalidad, es crítica de un sujeto social -las mujeres-, a la sociedad y la cultura dominantes, pero es mucho más: es afirmación intelectual, teórica y jurídica de concepciones del mundo, modificaciones de hechos, relaciones e instituciones; es aprendizaje e invención de nuevos vínculos, afectos, lenguajes y normas; se plasma en una ética y se expresa en formas de comportamiento nuevas tanto de mujeres como de hombres. Como nueva cultura, el feminismo es también movimiento político público y privado que va de la intimidad a la plaza; movimiento que se organiza, por momentos con mayor éxito, para ganar pedazos de vida social y de voluntades a su causa, y para establecer vínculos y encontrar su sitio en otros espacios de la política.

En segundo término, es preciso reconocer en la cultura feminista la diversidad de feminismos que surgen de sus distintos momentos de elaboración de acción, de sus historias y de las particularidades de las mismas mujeres que han participado en y de esta cultura vital. Definen también a los feminismos, las sociedades en que ocurren, sus formas de organización, así como la cultura política prevaleciente entre quienes la enarbolan y quienes la combaten; por cierto, el feminismo se despliega en ambientes democráticos y contribuye a crearlos.

En efecto, hoy es posible reconocer ya una cultura feminista. Es posible también distinguir en ella diversos feminismos, constituidos por las formas específicas en que se organizan el conocimiento y la sabiduría, los lenguajes, los hechos y las experiencias políticas personales y colectivas protagonizadas por las mujeres.

Nuestro feminismo se caracteriza:

a) Por ser una crítica marxista a la historia, incluso a la que han elaborado los marxistas. Y lo es, en dos sentidos: uno antinaturalista que pone en el centro el devenir de la sociedad y la cultura como creaciones sociales y analiza el surgimiento de hombres y mujeres, como productos tardíos y sofisticados en el proceso histórico. Se caracteriza este feminismo marxista, por el esfuerzo en la rehechura de la historia por las mujeres, desde su propio sitio, y devela la estadía de las mujeres en la historia misma.

b) Por ser una crítica etnológica al androcentrismo, a partir de la cual, el feminismo deviene filosofía cuyo eje recoge la diferencia (genérica, erótica, étnica, nacional, lingüística, de edad, entre otras), integra al ser mujer, y permite el análisis de sociedades y culturas genéricamente constituidas.

c) Por incorporar una crítica psicoanalítica de la cultura que considera historia sólo a la racional, a la evidente: es una concepción que devela e incorpora dimensiones psíquicas de la experiencia -como las síntesis entre lo inconsciente, lo preconsciente y la conciencia, entre lo real, lo imaginario y lo simbólico-, a la concepción de la realidad y la considera determinante en la historia.

d) A la definición clásica de lo humano, de lo cultural, por el trabajo, hemos sumado otras actividades creativas: al valor otorgado a la racionalidad, incorporamos el valor de nuestra irracionalidad; a la visión esquemática y autoritaria de la política, enfrentamos una visión de la vida toda, como política; a la separación de cuerpo y mente incorporamos la integración de dimensiones diversas en cada sujeto, que involucran el cuerpo y la mente, los afectos, las actividades intelectuales y la sexualidad erótica y procreadora: construimos sujetos multidimensionales; a la afirmación del progreso de la humanidad respondemos con la idea de la inexistencia de la humanidad debido a la enajenación de los sujetos que nos antagoniza, y a la de progreso respondemos con la demostración de que es éticamente inadecuado y teóricamente inconsistente afirmar el progreso de una humanidad que no existe, entre otros hechos, debido a la opresión patriarcal de las mujeres y a las diversas opresiones con que se combina: las opresiones de etiología clasista, étnica, nacional, religiosa, de edad, así como la no sintetizada opresión de la violencia, y las que surgen de la inminencia de la destrucción de todos por unos cuantos, o de la salvación a cambio de la obediencia.

Como estas aproximaciones a la realidad las mujeres feminizamos, de hecho, las representaciones del mundo e intentamos modificar las formas de vida. Son creaciones colectivas hechas desde el lugar que las mujeres ocupamos en el mundo y hoy son realizadas principalmente por mujeres. Sin embargo, el feminismo es un espacio abierto y se enriquece con hechos que suceden en los lugares más alejados y en los recovecos de la vida social y la cultura: los avances civiles, el desarrollo de la ciencia y la tecnología, los alcances cada vez mayores de difusión de la palabra, de la voz, de la imagen, la emancipación de otros grupos, todo ello es riqueza de la que nos hacemos cargo.

El feminismo es una voz, es palabra diferente que nombra, enuncia, devela, analiza y duda, son nuevos valores y códigos éticos, y es hedonismo cuyas raíces tienden a la síntesis vital de lo físico, de lo afectivo, de lo intelectual y de lo erótico. El feminismo sintetiza la experiencia histórica de un género en la que cuerpo y mente, cuerpo y afectos, razón y afectos, no están separados: las mujeres somos nuestros cuerpos y nuestra subjetividad.

El feminismo es, en esencia, política en acto. Es una crítica filosófica e ideológica a la cultura política autoritaria y al poder como dominio, y reivindica en acto el poder como derecho a existir, como afirmación de los sujetos por sí mismo.

Como concepción del mundo inacabada y desigual de las mujeres, el feminismo es subjetivo porque expresa sujetos particulares incrédulas de la verdad, del dogma, de la perfección y de la objetividad. Es un conjunto de concepciones con distintos niveles de integración que siempre está por ampliarse; su condición es el cambio. El feminismo incide y surge de las formas diferentes de ser mujer, en cada mujer.

De esta manera, el feminismo se perfila como alternativa a la cultura política porque, en contradicción con las teorías de la revolución, es una de esas revoluciones que en su permanente construcción - desconstrucción no estalla, no irrumpe: ocurre cotidianamente y en su devenir transforma a mujeres y hombres, a las instituciones, a las normas, a las relaciones; enfrenta y desacraliza los fundamentos de tabúes, así como los ritos y los mitos que hacen su representación simbólica.

Desde su parcialidad, el feminismo anticipa la necesaria visión sobre la condición masculina que aún no emerge de los hombres, en tanto género que no puede reivindicarse más como estereotipo de lo humano.
Enemistad y sororidad.pdf 148.83 KB
Leer más...

domingo, 18 de junio de 2017

Conversatorio con Marcela Lagarde y de los Ríos : Feminicidio




Conferencia MARCELA LAGARDE
Una de las más reconocidas feministas de América Latina, integrante del Consejo Civil
Asesor de ONU Mujeres, autora de numerosas publicaciones sobre estudios de género,
feminismo, poder y autonomía de las mujeres

Modera:
Jenny Pontón, FLACSO Ecuador



Hemiciclo FLACSO Ecuador
Quito, 16 de octubre de 2015
Leer más...

sábado, 17 de junio de 2017

17 DE JUNIO : DÍA MUNDIAL DE LUCHA CONTRA LA DESERTIZACIÓN Y LA SEQUÍA


 Desde el ecofeminisimo , desde el respeto a la vida de todos los seres que nos acompañan en este planeta azul paremos esta carrera que nos conduce a la destrucción.
Un compromiso con visión de futuro, se precisa por parte de todos los estados. Las miras cortoplazistas perjudican gravemente a las y los más perjudicados.
Desde aquí nuestro rechazo a los gobiernos insolidarios inconscientes de los prejuicios que se autogeneran y nos  generan a los demás

 La Asamblea General de Naciones Unidas designó, en 1994, el 17 de junio como "Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía". Este día marca el aniversario de la adopción de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación .
Leer más...

viernes, 16 de junio de 2017

OPINIÓN DE LA COMISIÓN DE DERECHOS DE LA MUJER E IGUALDAD DE GÉNERO sobre los efectos de la publicidad en el comportamiento de los consumidores





La Comisión de Derechos de la Mujer e Igualdad de Género pide a la Comisión de Mercado Interior y Protección del Consumidor, competente para el fondo, que incorpore las siguientes sugerencias en la propuesta de resolución que apruebe:

–   Vista su Resolución, de 3 de septiembre de 2008, sobre el impacto del marketing y la publicidad en la igualdad entre mujeres y hombres,

1.  Insiste en que la publicidad comunica con frecuencia mensajes discriminatorios o indignos basados en todo tipo de estereotipos de género, que son un obstáculo para las estrategias de igualdad; pide a la Comisión, los Estados miembros, la sociedad civil y los organismos de autorregulación de la publicidad que cooperen estrechamente para combatir tales prácticas, especialmente mediante la utilización de herramientas eficaces que garanticen el respeto de la probidad y dignidad de las personas en la comercialización y la publicidad; considera necesario que todos los Estados miembros se doten de un organismo de control de la publicidad, en caso de que aún no dispongan de uno, a fin de garantizar la comunicación de mensajes de forma responsable y de conformidad con los principios de la UE;

2.  Destaca la existencia de cierta publicidad que presenta varios tipos de violencia o estereotipos en relación con las mujeres como objetos, transforma la feminidad en un artículo de consumo, humilla a las mujeres y resulta degradante para su dignidad y menoscaba sus fundamentales funciones en la sociedad; insta a la Comisión y a los Estados miembros a elaborar campañas de sensibilización a escala europea, dirigidas particularmente a adolescentes y jóvenes, contra la explotación del cuerpo de la mujer y del cuerpo del hombre y la difusión de mensajes sexistas, sin que se puedan difundir contenidos que justifiquen, banalicen o inciten a la violencia contra las mujeres; pide a los Estados miembros, a tal fin, que premien a las agencias de publicidad y a los anunciantes que cumplan plenamente estas directrices, por ejemplo encargándoles la realización de campañas de sensibilización a escala nacional y europea;

3.  Pide a la Comisión y a los Estados miembros que velen, con los medios adecuados, por que los profesionales de la publicidad y los medios de comunicación garanticen el respeto de la dignidad humana y que se opongan a las imágenes que sean discriminatorias o estereotipadas, de forma directa o indirecta, y a toda incitación al odio basado en el sexo, la raza, el origen étnico, la edad, las creencias religiosas o de otro tipo, la orientación sexual, la discapacidad o la condición social;

4.  Observa y lamenta el hecho de que en el marco de la publicidad y la comercialización se tiende a transmitir mensajes engañosos a través de atractivas imágenes virtuales que difunden la idea de perfección, que imponen la uniformidad, siembran el germen de la rivalidad entre la población femenina, promueven modelos que nada tienen que ver con la realidad e influyen negativamente en la autoestima y el respeto por uno mismo de mujeres, hombres y jóvenes; llama la atención sobre la vulnerabilidad de los consumidores con respecto al mimetismo, que puede conducir a comportamientos inadecuados, violencia, tensiones, decepción, ansiedad, adicciones nocivas (consumo de tabaco o drogas), trastornos alimenticios, como la anorexia nerviosa y la bulimia, y perturbación del equilibrio psíquico; pide al conjunto de las agencias de publicidad y los profesionales de los medios de comunicación que reconsideren la promoción de modelos extremadamente delgados (sean hombres o mujeres), a fin de evitar la propagación de mensajes nocivos sobre la apariencia, las imperfecciones corporales, la edad y el peso, teniendo en cuenta la influencia y el impacto de la publicidad en niños y jóvenes;

5.  Pide a los medios de comunicación que, en la elaboración de sus programaciones, hagan un uso no sexista del lenguaje, que velen por una participación activa de las mujeres y por que estas cuenten con una presencia equilibrada, y que garanticen una imagen plural de ambos sexos, al margen de cánones de belleza y estereotipos sexistas sobre las funciones que desempeñan en los diferentes ámbitos de la vida, con especial incidencia en los contenidos dirigidos a la población infantil y juvenil;

6.  Insiste en que, dado que la publicidad de bienes de consumo está relacionada directamente con los medios de prensa, radiodifusión y televisión, de los que es indisociable, e indirectamente con la industria cinematográfica y las series de televisión, en forma de colocación de productos, la publicidad fiable y la promoción de modelos saludables pueden repercutir positivamente en las percepciones de la sociedad sobre cuestiones tales como los roles de género y la normalidad y la imagen del cuerpo humano; anima a los anunciantes a aplicar un espíritu más constructivo a sus anuncios, a fin de promover el positivo papel de la mujer y del hombre en la sociedad, el trabajo, la familia y la vida pública;

7.  Insiste de la misma manera en la necesidad de difundir, en condiciones de igualdad, las actividades políticas, sociales y culturales que promuevan a la mujer o estén dirigidas a las mujeres, así como aquellas que favorezcan su empoderamiento;

8.  Considera que la publicidad puede ser un instrumento eficaz para cuestionar y combatir los estereotipos, así como una herramienta contra el racismo, el sexismo y la discriminación, algo esencial en las sociedades multiculturales actuales; pide a la Comisión, a los Estados miembros y a los profesionales de la publicidad que refuercen las actividades de formación y educación como medio para superar los estereotipos, combatir la discriminación y promover la igualdad de género, especialmente desde una edad temprana; insta a los Estados miembros, en particular, a que entablen y desarrollen una estrecha cooperación con las escuelas de mercadotecnia, comunicación y publicidad existentes, a fin de contribuir a ofrecer una buena formación al personal futuro del sector;

9.  Pide a los Estados miembros que introduzcan cuotas u otras medidas positivas en los medios de comunicación públicos, así como objetivos para mejorar la participación y representación de la mujer;

10. Destaca la importancia de promover un diálogo continuo entre la Comisión Europea, el Parlamento Europeo, los Parlamentos nacionales, la sociedad civil, los organismos reguladores y los especialistas de la publicidad;


11. Insta a la Comisión a que promueva la investigación y documentación comparativas entre los Estados miembros en relación con la imagen de las mujeres proyectada por los contenidos publicitarios y de comercialización y detecte las buenas prácticas para una publicidad eficaz que integre la dimensión de género;

12. Insta a la Comisión y a los Estados miembros a que consoliden el papel de las organizaciones de usuarios o consumidores encargadas de la evaluación del impacto que tiene la publicidad en la perspectiva de género, entre otros, y que alienten la consulta a las mismas;

13. Insta a la Comisión a que cree un premio anual a la calidad para la publicidad que promueva de forma más eficaz el respeto a la dignidad, el papel y la imagen de la mujer al representarla;

14. Pide a la Comisión y a los Estados miembros que lleven a cabo una evaluación de la aplicación de los códigos de conducta nacionales relativos a los medios de comunicación y a las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación; pide a los Estados miembros que valoren la eficacia de los organismos de autorregulación nacionales.



Leer más...

miércoles, 14 de junio de 2017

Garantía de la igualdad de género y la dignidad humana en publicidad (sobre los efectos de la publicidad en el comportamiento de los consumidores)



PROPUESTA DE RESOLUCIÓN DEL PARLAMENTO EUROPEO

32. Exhorta a la Comisión y los Estados miembros a adoptar las medidas adecuadas para asegurarse de que la comercialización y la publicidad garantizan el respeto de la dignidad humana sin discriminaciones basadas en el sexo, la religión o las creencias, la discapacidad, la edad o la orientación sexual.
33. Considera que la publicidad puede ser un instrumento eficaz para cuestionar y combatir los estereotipos, así como una herramienta contra el racismo, el sexismo y la discriminación, algo esencial en las sociedades multiculturales actuales; pide a la Comisión, a los Estados miembros y a los profesionales de la publicidad que refuercen las actividades de formación y educación como medio para superar los estereotipos, combatir la discriminación y promover la igualdad de género, especialmente desde una edad temprana; insta a los Estados miembros, en particular, a que entablen y desarrollen una estrecha cooperación con las escuelas de mercadotecnia, comunicación y publicidad existentes, a fin de contribuir a ofrecer una buena formación al personal futuro del sector;
34. Insta a la Comisión a que promueva la investigación y documentación comparativas entre los Estados miembros en relación con la imagen de las mujeres proyectada por los contenidos publicitarios y de comercialización y detecte las buenas prácticas para una publicidad eficaz que integre la dimensión de género;
35. Insta a la Comisión y a los Estados miembros a que consoliden el papel de las organizaciones de usuarios o consumidores encargadas de la evaluación del impacto que tiene la publicidad en la perspectiva de género, entre otros, y que alienten la consulta a las mismas;
36. Insiste en que la publicidad comunica con frecuencia mensajes discriminatorios o indignos basados en todo tipo de estereotipos de género, que son un obstáculo para las estrategias de igualdad; pide a la Comisión, los Estados miembros, la sociedad civil y los organismos de autorregulación de la publicidad que cooperen estrechamente para combatir tales prácticas, especialmente mediante la utilización de herramientas eficaces que garanticen el respeto de la probidad y dignidad de las personas en la comercialización y la publicidad;
 37 Insiste en que, dado que la publicidad de bienes de consumo está relacionada directamente con los medios de prensa, radiodifusión y televisión, de los que es indisociable, e indirectamente con la industria cinematográfica y las series de televisión, en forma de colocación de productos, la publicidad fiable y la promoción de modelos saludables pueden repercutir positivamente en las percepciones de la sociedad sobre cuestiones tales como los roles de género y la normalidad y la imagen del cuerpo humano; anima a los anunciantes a aplicar un espíritu más constructivo a sus anuncios, a fin de promover el positivo papel de la mujer y del hombre en la sociedad, el trabajo, la familia y la vida pública;


INFORME

sobre los efectos de la publicidad en el comportamiento de los consumidores

(2010/2052(INI))

Leer más...

lunes, 12 de junio de 2017

PROPUESTA DE RESOLUCIÓN DEL PARLAMENTO EUROPEO: Protección de grupos vulnerables



26. Pide a la Comisión que prepare antes de 2012 un análisis detallado del impacto de la publicidad engañosa y agresiva en los consumidores vulnerables, en particular en los niños y adolescentes y garantice la adecuada aplicación de las normas pertinentes sobre protección de la infancia y la adolescencia;

27.      Pide a la Comisión que realice con carácter prioritario un estudio detenido de los efectos sociopsicológicos precisos de la publicidad, a la vista de las técnicas recientemente perfeccionadas que se están desarrollando,

28. Destaca que los niños y adolescentes son categorías de personas especialmente vulnerables , especialmente mediante el uso de nuevos medios de comunicación y tecnologías, ya que son muy receptivos y curiosos, faltos de madurez, potencialmente influenciables y tienen un libre arbitrio limitado.;

29. Insta a los Estados miembros a favorecer una mejor protección de los consumidores vulnerables, como los niños, a alentar a los medios de comunicación a que reduzcan la publicidad televisiva dirigida a los niños en los programas televisivos principalmente seguidos por personas de corta edad (como los programas educativos para niños, los dibujos animados, etc.), teniendo en cuenta que ya se aplican tales medidas en algunos Estados miembros;

30. Pide que se evite en todas las cuestiones de interés específico para los niños la publicidad selectiva;

31. Llama la atención sobre la vulnerabilidad de los consumidores con respecto al mimetismo, que puede conducir a comportamientos inadecuados, violencia, tensiones, decepción, ansiedad, adicciones nocivas (consumo de tabaco o drogas), trastornos alimenticios, como la anorexia nerviosa y la bulimia, y perturbación del equilibrio psíquico; pide al conjunto de las agencias de publicidad y los profesionales de los medios de comunicación que reconsideren la promoción de modelos extremadamente delgados (sean hombres o mujeres), a fin de evitar la propagación de mensajes nocivos sobre la apariencia, las imperfecciones corporales, la edad y el peso, teniendo en cuenta la influencia y el impacto de la publicidad en niños y jóvenes;

http://www.europarl.europa.eu/sides/getDoc.do?pubRef=-//EP//TEXT+REPORT+A7-2010-0338+0+DOC+XML+V0//ES#title2
Leer más...