Acerca de nosotras ·

miércoles, 13 de abril de 2016

La madre culpable de todos los males


El patriarcado se ha construido con doctas investigaciones que ellos dirían objetivas. Duro trabajo nos queda para desmontar tanta sabiduría que quiere explicar en detalle todas nuestras inferioridades y maldades. Desde aquí mi GRITO para que todas nos movamos y desde otras objetividades visualicemos la realidad distinta. Vean que según ellos las madres somos lo peor. Se nos acusa de producir en nuestra hijas e hijos el llamado Síndrome de Alienación Parental (SAP), el síndrome de Munchausen por Proximidad o por Poderes , del Síndrome de Medea , de Síndrome de la Madre Maliciosa,  el “Síndrome de Falsos Recuerdos”, la “Interferencia Parental”, las “Prácticas Alienadoras Familiares (PAF)”. Se nos calumnió como "madres neveras "
Lean lo que sigue  y me cuentan. Si a alguna le quedan ganas de ser madre que me diga, que hay más. . 

Entre los factores que favorecen la dependencia con la madre, aparecen como mas importantes los inherentes a la madre misma, que los que se relaciona con el padre. Quiero aclarar que aunque señalaré los mecanismos que utilizan  las madres para impedir la maduración de su hijos, no niego que los padres son también factores inhibidores o paralizantes de dicha maduración. Los  factores inherentes a la influencia  materna se clasifican en tres grupos:

1. Las madres que pueden hacer tan desagradable la experiencia de vivir, que el hijo solo busca regresar, simbólicamente, al útero  materno, aunque ello implique su destrución total o la locura. Desde luego pueden estar presentes ciertos factores constitucionales en el hijo por ejemplo: Síndrome de Down, etc. para que lo anterior sea posible.

2. Las madres que impiden el desarrollo de sus hijos infantilizándolos. Este es un proceso sumamemente interesante y existen diversos procedimiento para llevarlo acabo: Mediante la seducción sexual, como en el caso clínico presentado, donde además hubo ridiculización.
Prolongando innecesariamente ciertos actos maternales, por ejemplo, el alimentar al pecho hasta los seis, siete u ocho años de edad. Habitualmente esto coincide con la  interferencia materna en otras actividades de sus hijos, como impedirles socializar libremente con vecinos o condicípulos, limitar sus actividades físicas y en ocasiones limitar el mundo que los rodea hasta mantenerlos semisecuestrados o secuestrados.
Se infantiliza a los hijos mediante el soborno: se les soborna con actitudes permisivasoconsentidoras, se les soborna con bienes materiales, creándoles un mundo de placeres y satisfacciones que no deseen abandonar; se les soborna con adulaciones y halagos que infla el narcisismo del pequeño (este tipo de soborno lleva implícita la condición de que “sólo la madre comprende a su hijo”), o bien, se estimulan sus razgos negativos y entonces las madres, como modernas Circes, transforman a sus hijos en cerdos, en lo físico y en lo psicológico, o en ambos aspectos.

3. Además de las madres que niegan la vida y de las madres que infantilizan, existen las madres que prohiben la maduración de sus hijos, no ya a través del soborno o de la seducción, sino mediante la educación por el terror, sea por el miedo al rechazo, por el miedo al ridículo, o por el miedo al abandono. Este tipo de madre destructiva, punitiva, castiga la rebelión y sólo acepta la sumisión incondicional. Es muy común que esta sumisión lleve implícita la traición del padre y del hombre. En ocasiones no sólo esta implícita la traición del padre, sino que es la condición sine qua non. Por último, hay una clase de temor a la madre, sumamente intenso que depende, del grado de regresión, es decir de el nivel de fijación pregenital a la madre. La consecuencia directa de este grado de regresión es que la experiencia que se tiene de la madre la asemeja a un ser todopoderoso, fuente de vida y fuente de muerte, a quien no se le debe desobedecer, porque se le necesita tanto y porque se le vivencia como alguien quien nos puede destruir, devorar; así es como se ve representada con mucha frecuencia en los sueños. Este tipo de temor intenso, requiere de la presencia, en la madre, de claros rasgos destructivos, punitivos, ausentes de toda misericordia. A veces matan a su hijos .

 Esta clase de temor a la madre, es común a hombres y mujeres.

file:///C:/Users/t2003/Downloads/Silva_Garcia_J_1966.pdf

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...