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miércoles, 27 de noviembre de 2013

Violencias asumidas como normales


En las sociedades donde la ideología del dominio masculino está profundamente anclada, donde se insiste en su superioridad, su fuerza física y su honor, las violaciones ocurren con mucha más frecuencia.


Algunas normas y prácticas culturales se suelen utilizar para justificar la violencia de la que son víctimas las mujeres. Se trata principalmente de “prácticas tradicionales perjudiciales” (como la mutilación de los genitales femeninos, el matrimonio de menores o la preferencia que se da a los niños varones), de crímenes de honor, de sanciones penales discriminatorias y de restricciones de los derechos de las mujeres dentro del matrimonio.
A menudo, la violencia contra la mujer se produce a escondidas, en el hogar, en el lugar de trabajo o en los centros sanitarios y sociales creados para atenderlas. Debido a la presión que ejercen las convenciones o presiones sociales, un gran número de víctimas no lo denuncia.


La violencia familiar abarca un gran número de formas de maltrato.
Algunas de éstas, debido a su carácter común, rutinario y banal se vuelven casi invisibles. La violencia sexual que ejercen los hombres tiene su origen, en gran medida, en las ideologías relacionadas con los derechos de los hombres en materia sexual. En muchas culturas, las mujeres no tienen casi ninguna razón legítima para negarse a mantener relaciones sexuales. Aunque la cultura prohíba a veces las relaciones sexuales en determinados momentos (después de dar a luz, durante la lactancia o durante las menstruaciones),
tanto mujeres como hombres consideran que el matrimonio las obliga a estar sexualmente disponibles, casi sin límite alguno.
En este ambiente de tolerancia, las mujeres consideran que los maltratos físicos están justificados sólo hasta cierto punto: el 80% de las mujeres encuestadas en las zonas rurales de Egipto declararon que el maltrato es algo normal y merecido, sobretodo si éstas se niegan a mantener relaciones sexuales con su marido.
Family health International (FhI) realizó una encuesta en Bolivia en la que participaron 131 hombres y mujeres. El estudio mostró que una tercera parte de las mujeres están sometidas a relaciones sexuales forzadas.


.El origen de la violencia en el hogar suele estar en la incapacidad de la mujer para procrear o para cumplir con las tareas domésticas; otras veces, la violencia se considera simplemente un aspecto normal de la vida matrimonial. Encontramos aquí otro parámetro importante: en la mayoría de los casos, las mujeres consideran el maltrato doméstico como un problema exclusivamente privado. A esto se debe que resulte tan difícil hablar de este problema o detectarlo.
Un estudio socio-antropológico realizado en la sociedad polinesia mostró que la violencia conyugal pertenece a la vida privada. Las mujeres polinesias temen el ha’ama (“la vergüenza”) que, según los autores del estudio, es un concepto fundamental de su cultura parecido al concepto del honor.
De ahí que no se revele lo que depende de la esfera privada, ya que podría manchar el honor de la familia.
En las sociedades donde la ideología del dominio masculino está profundamente anclada, donde se insiste en susuperioridad, su fuerza física y su honor, las violaciones ocurren con mucha más frecuencia.

LA PROBLEMÁTICA DE LA VIOLACIÓN: CUESTIÓN DE DEFINICIONES

Dependiendo del país y de la definición de violación que se tenga, las leyes relativas a la violación y las penas en las que se incurre son muy dispares. No hay un consenso entre los países en cuanto a su definición. En algunas sociedades, el trato judicial de los casos de violación viene acompañado por una fuerte sospecha del comportamiento de la víctima y, a menudo, de una resolución judicial insatisfactoria.

CONCEPCIÓN TRADICIONAL DEL HONOR MASCULINO

En muchos países, la idea que se tiene del honor masculino y de la castidad femenina pone en peligro la vida de las mujeres.
Por ejemplo, en algunas regiones orientales del Mediterráneo, el honor del hombre está ligado a menudo a la “pureza” sexual de las mujeres de su familia. Así, si una mujer es “mancillada” sexualmente, ya sea por una violación o por mantener relaciones sexuales consentidas fuera del matrimonio, se considera que ésta ha “manchado” el honor de la familia.
En algunas sociedades la única forma de limpiar el honor familiar es matando a la “culpable”. Un estudio realizado sobre las muertes femeninas imputables a asesinatos en la ciudad de Alejandría (Egipto) concluyó que un 47% de estos fue perpetrado por un familiar de la mujer después de haber
sido víctima de una violación. Durante el estudio de todos los crímenes de honor cometidos en Jordania en 1995los investigadores constataron que, en más de un 60% de los casos, la víctima había sido fusilada, casi siempre a manos de un hermano. Además, si la víctima era una mujer soltera y embarazada, el asesino era absuelto o se le reducía la pena.
Cada año, más de 5 000 mujeres y niñas de todo  el mundo son víctimas de crímenes de “honor”, muchas de ellas por el “deshonor” de haber sido violadas. Cabe señalar que el autor del crimen suele ser un miembro de la familia extendida.



http://www.mdm-scd.org/files/GuidesVFF/GuideVFF_ES.pdf

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