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viernes, 28 de diciembre de 2012

"Traducción a lenguaje no sexista de un artículo de Almudena Grandes".



El artículo de Almudena Grandes  “Feliz Navidad” publicado el 24 de noviembre de 2012 me gustó mucho como casi todo lo que escribe. El caso es que en él, a mi entender, abusa del masculino genérico. Por ello, me he permitido hacer dos  “traducciones”: la primera y  más justa trata de usar un lenguaje inclusivo. La segunda consiste en cambiar el masculino por el femenino y viceversa con la pretensión de que los hombres y las mujeres que consideran que el uso del lenguaje no es sexista puedan, por una vez hacer el esfuerzo que hemos de hacer muchas para sentirnos representadas cada vez que se habla en masculino.  Les agradecería que leyeran ambas versiones. No tardarán más de un minuto.

Primera: Lenguaje inclusivo, es decir, teniendo en cuenta a toda la población.

A quienes luchan por nuestra dignidad.

A huelguistas de la sanidad pública, combatientes de la marea verde, investigadores que no quieren emigrar, trabajadores de Canal Nou, de Telemadrid, a periodistas que no han renunciado a su oficio, a quienes paran los desahucios, juezas y jueces que se niegan a que la justicia se convierta en un privilegio o farmacias que se saltan la ley a la torera, a quienes trabajan gratis en cualquier sector para mantener en pie los servicios que este Gobierno está arrebatando a la ciudadanía cuyos intereses debería proteger, a las personas que se movilizan, a las que se indignan, a las que protestan por ellas y por las demás.

A pequeñas y pequeños héroes de la vida cotidiana. A pensionistas que mantienen a sus familiares en paro con una pensión raquítica. A mayores que esta noche cenarán una tortilla francesa para que sus nietos y nietas no se queden sin juguetes. A cocineras que harán milagros con el dinero que hace poco se gastaban sólo en turrón. A quienes cantan y bailan con un sapo atravesado en la garganta. A quienes van a contribuir a encender las luces de sus casas con la miseria que cobrarán el 8 de enero por veinte días de trabajo temporal, sirviendo mesas o empaquetando regalos. A quienes recuerdan Navidades mucho más pobres, y se extrañan de que éstas nos den tanto miedo.

A quienes lo están pasando mal. Quienes no tienen trabajo, quienes no ven la luz, a quienes no duermen por las noches, a quienes sienten que les han robado el futuro. A todas y todos ellos, cualquiera que sea el significado de esas palabras en este año maldito, Feliz Navidad. Al resto, no. A las personas corruptas, culpables, a indiferentes, a insolidarias, a mentirosas, lo único que les deseo es que se intoxiquen con una ostra justiciera. Ojalá.

Segunda opción- Lenguaje sexista (pensado sólo en uno de los sexos)

A las que luchan por la dignidad de todas.

A las que luchan por la dignidad de todas. A las huelguistas de la sanidad pública, a las combatientes de la marea verde, a las investigadoras y científicas que no quieren emigrar, a las trabajadoras de Canal Nou, a las de Telemadrid, a todas las periodistas que no han renunciado a su oficio, a las voluntarias que paran los desahucios, a las jueces que se niegan a que la justicia se convierta en un privilegio, a las farmacéuticas que se saltan la ley a la torera, a las que trabajan gratis en cualquier sector para mantener en pie los servicios que este Gobierno está arrebatando a las ciudadanas cuyos intereses debería proteger, a las que se movilizan, a las que se indignan, a las que protestan por ellas y por las demás.

A las pequeñas heroínas de la vida cotidiana. A las pensionistas que mantienen a sus hijas en paro con una pensión raquítica. A las abuelas que esta noche cenarán una tortilla francesa para que sus nietas no se queden sin juguetes. A los cocineros que harán milagros con el dinero que hace poco se gastaban sólo en turrón. A las que cantan y bailan con un sapo atravesado en la garganta. A las que van a contribuir a encender las luces de sus casas con la miseria que cobrarán el 8 de enero por veinte días de trabajo temporal, sirviendo mesas o empaquetando regalos. A las que recuerdan Navidades mucho más pobres, y se extrañan de que éstas nos den tanto miedo.

A las que lo están pasando mal. A las que no tienen trabajo, a las que no ven la luz, a quienes no duermen por las noches, a quienes sienten que les han robado el futuro. A todas ellas, cualquiera que sea el significado de esas palabras en este año maldito, feliz Navidad. A las demás, no. A las culpables, a las corruptas, a las indiferentes, a las insolidarias, a las mentirosas, lo único que les deseo es que se intoxiquen con una ostra justiciera. Ojalá.

Pilar de la Paz
Experta en género e igualdad

“Feliz Navidad” artículo de Almudena Grandes 


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